Rituales, coaching y práctica integral

 

Los ritos de paso son rituales que contribuyen a afirmar el cambio en nuestras vidas de una manera memorable. Ceremonias, gestos, procesos que honran y reconocen las transiciones, las pérdidas, los logros, las nuevas intenciones, los sueños, el cambio de actitudes, etc.

Los ritos de paso remarcan estos procesos, aumentan nuestro grado de compromiso con el cambio, fortalecen nuestra intención.

Hay acontecimientos singulares, únicos, que planeamos concienzudamente para marcar de manera simbólica una transición importante en nuestras vidas, como una boda o un funeral.

Lo que caracteriza a los rituales es que prescriben una manera identificable de actuar, un protocolo, una serie de pasos detallados que forman parte de un proceso.
Algunos forman parte de la práctica diaria. En este caso, los rituales aumentan nuestro aprecio por los momentos cotidianos, de hecho, hacen extraordinario lo ordinario y ponen orden en nuestra conciencia, en nuestro espacio interior. Cualquier actividad cotidiana, al ritualizarla, se convierte en una actividad potencialmente significativa.

¿Cómo podemos ritualizar una actividad cotidiana?

     El zen tiene mucho que aportar a esta cuestión. Por un lado, podemos centrarnos absoluta y completamente en la actividad que  vamos a realizar, poner toda nuestra atención, toda nuestra energía en el desenvolvimiento de ese acto significativo. Eso conlleva algo más: desgranar la acción, desmembrarla, como si el tiempo se ralentizara y pudiésemos presenciar la manera en que esa actividad se desvela en cada milisegundo. El tercer ingrediente, imprescindible desde mi punto de vista, tiene mucho que ver con nuestra actitud. Apreciación, agradecimiento y ecuanimidad hacen del ritual un acto trascendente en nuestra vida, aunque no implique más que dar un sorbo a una taza de té.

En el proceso de coaching los rituales pueden ser muy útiles en un momento crucial de transición. El ritual crea una impresión profunda en nuestra mente consciente e inconsciente. Imbuimos el ritual con un significado que pervive simbólicamente en nuestra memoria. Por este motivo es un ancla muy potente. Ayuda al coachee a entender y comprometerse con el cambio. Se puede usar para conmemorar un aprendizaje, un acto de valentía, un cambio físico, mental o emocional, para reconocer una pérdida, etc.

Los rituales nos permiten avanzar, movernos en otra dirección, dar el siguiente paso, cerrar lo que hemos decidido dejar atrás. Incluirlos en el proceso de coaching añade profundidad y significado a una transición y, algo esencial cuando conseguimos nuestro objetivo, nos permiten celebrar.

¿Cómo diseñar un ritual?
Estas son algunas de la preguntas que pueden ayudarte:

1. ¿Cuál es el propósito de tu ritual?
2. ¿Qué simboliza para ti?
3. Una vez que el ritual esté completo, ¿qué te gustaría que quedase grabado en tu memoria?
4. ¿Qué es lo que quieres sentir como resultado de realizar el ritual?
5. ¿Qué te gustaría hacer o preparar para llevarlo a cabo?
6. ¿Es privado o te gustaría incluir a otros?
7. ¿A qué hora lo realizarás?
8. ¿Qué experiencias sensoriales quieres incluir?
9. ¿Hay símbolos especialmente significativos o imágenes que quieras incluir?
10. ¿Dónde te gustaría que se llevara a cabo?

Una vez realizado,
¿Qué experiencias, pensamientos y sentimientos tuviste al hacer el ritual?
¿De qué te has dado cuenta tras realizarlo?
¿Qué insights has tenido?
¿Cuáles son los siguientes pasos que llevarás a la práctica?

Lo importante es diseñar un ritual que cumpla tus necesidades, refleje tu intención y fomente tu empoderamiento y crecimiento.

En la Práctica Integral incluimos con frecuencia los rituales, sobre todo cuando detectamos cierta resistencia al cambio, precisamente porque es una manera rápida y efectiva de trabajar lo emocional, físico, mental e incluso lo espiritual. Los rituales nos recuerdan que no estamos solos, que vivimos inmersos en una sociedad y compartimos ideas sobre la manera de hacer y presentarnos ante el mundo. Podemos obtener inspiración de la gente que nos precedió. No importa que los rituales sean privados o que incluyan a otros, siempre hay elementos universales y trascendentes que nos hacen sentir parte de una comunidad mayor.
Pero también nos resultan útiles como parte de la propia Práctica. Son una manera ideal de mantenernos enfocados en un proyecto.

Aquí tienes algunos CONSEJOS para diseñar rituales útiles en tu vida cotidiana:

1. Los aspectos del ritual que diseñes estarán determinados por la intención de los ritos que pongas en práctica cada día. El ritual diario está pensado para cubrir tus necesidades: ayudarte a recordar tus objetivos, profundizar en una cualidad que quieres manifestar, inspirarte, reconectar contigo, reducir el estrés, enfocar tu atención. Los ritos cotidianos pueden incluir gran variedad de comportamientos o actividades que consideres significativas y que cubran tu intención, como verbalizar una afirmación, buscar una imagen visual para sentir inspiración, tomar un sorbo de té para relajarte, respirar profundamente tres veces antes de empezar a trabajar, practicar yoga, meditación, o pasear enfocando tu mente.

2. Especifica la intención y el objetivo de tu ritual diario.
a.     ¿Qué quieres ofrecerte a ti mismo, reforzar o recordar?
b.     ¿Cuál es la intención de tus rituales diarios?
c.     ¿De qué manera te va a beneficiar practicarlos?
d.     ¿De qué forma simple y efectiva puedes hacerlo?

3. Diseña la práctica que acoja tus ceremonias cotidianas. Determina cuánto tiempo te tomará y decide cuántos días te comprometerás con ese ritual. A qué hora y dónde tendrá lugar. Durante cuánto tiempo lo practicarás.

4. Evalúa si el ritual está alineado con tu intención y propósito. Si no lo está, tiene que ser rediseñado:
a.     Renovando tu compromiso con el ritual.
b.     Rediseñando el ritual.
c.     Cambiando tu intención o propósito.