¡Con un coach todo te resultará más fácil!
Hace dos años me sentía completamente perdida. Mi marido había muerto y yo decidí dejar Panamá, un país lleno de luz, calor y alegría donde había vivido 40 años y creado mi propia familia, para instalarme en La Estrada, una pequeña villa donde el invierno dura 10 meses.
Al principio y a pesar de las dificultades todo fue bien. Mis nietos eran pequeños y llenaban mis momentos de soledad. Cuidarlos era una de mis tareas prioritarias.
Pero como todo en la vida, los chicos crecen, cambian y de repente te das cuenta que ya no les haces falta y vuelve la desazón porque sientes que ya no eres necesaria, y para una persona como yo, que siempre ha sido cuidadora eso puede ser terrible!
Durante muchos años me había dedicado a enseñar yoga, meditación y visualización y de nuevo retome mi rutina practicando una hora diaria al levantarme. Esto me ayudaba a lograr más el control de la situación.
Así las cosas, un día tropecé con un anuncio de un curso de Coaching con PNL y ni corta ni perezosa, me apunte. Y ese fue el pistoletazo de salida pues las dificultades para asistir a las clases me hicieron tomar la decisión de trasladarme a vivir a Santiago, y a partir de ahí todo fue coser y cantar.
Al cambiar mi entorno también cambio mi conducta y así pude ver que había capacidades que tenía que poner a funcionar y olvidarme de las creencias limitantes que me lo estaban impidiendo.
Fue difícil la transición pues otra vez tuve que dejar mi casa y mi familia y trasladarme a otra ciudad, ¡pero valió la pena!
Así me di cuenta que tenía algunas habilidades para la pintura y la música y a día de hoy tengo algunos oleos en las paredes de mi casa, que si bien no son unos Picasso, son míos y eso me llena de satisfacción.
En cuanto a la música bueno, a mi edad ya no seré una Monserrat Caballe ni podré hacer un dueto con Placido Domingo pero tengo una bonita voz de soprano y me han seleccionado para cantar en el coro de la catedral y ya hemos viajado a diferentes lugares.
Después de la PNL me apunte a la Certificación de Coaching y mi vida ha dado un giro de 180 grados. Sigo estudiando y preparándome para ayudar a otras personas a encontrar su camino pues estoy convencida de que nada es imposible. Si lo puedes visualizar, lo puedes conseguir!
Y como siempre he sido una cuidadora/ sanadora, además de coach de ICC, también soy terapeuta del dolor en ECC (Estimulación cutánea continua), y mis pacientes están encantados con el tratamiento simultaneo y yo me siento feliz de poder seguir ayudando a que las vidas de otras personas sean un poco mejor cada día.
Quiero dar las gracias a todos los compañeros de los cursos de Coaching con PNL ,Certificación Internacional de Coaching de ICC, Coaching 4 Evolutions, Mental Training y en especial a Daniel y a todo el equipo de Ben Pensante por haberse cruzado en mi camino y sin los cuales no habría podido culminar este aprendizaje.
Mª del Carmen Iglesias Ferrer.
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