Coaching de equipos: ¡Alerta roja: esto se me escapa de las manos!
El coach ayuda a crear un ambiente donde un equipo pueda dialogar, discutir, reflexionar y tomar decisiones sobre cuestiones que le son de interés. En ocasiones el proceso sigue caminos inesperados, los debates se acaloran, se eternizan y el coach se pregunta «¿debo intervenir, cómo lo hago?».
Es precisamente en estos momentos donde observar, escuchar y preguntar cobran especial relevancia para el coach.
Un pregunta que suele funcionar a la hora de desatascar un debate es:
«¿Esta dificultad creéis que está relacionada con un tema de tarea (qué es lo que hay hacer), de proceso (quién, cómo, cuando hacerla) o se trata más bien de un asunto de relaciones interpersonales?.
De forma habitual esto ayuda al equipo a redirigir su enfoque sobre el asunto y retomar el diálogo de forma más productiva.
Reconocer la existencia de conflicto como algo necesario es importante. Aclarar el origen del mismo es imprescindible para poder convertirlo en algo productivo.
Aunque nos resulte incómodo, ignorar o temer al conflicto no es una solución aceptable.
Como coach podemos avivar la consciencia del equipo, el conocimiento colectivo hará el resto.
¡Esa es la magia del coaching!
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