Historias de un coach – Episodio 3. Un punto de vista diferente
«Hay tantas realidades como puntos de vista»
JOSÉ ORTEGA Y GASSET
Me imagino la discusión: «es un 6», «es un 9», «es un 6», «es un 9″… ¿Alguien entra en razón? No. Puede que los dos tengan razón desde su punto de vista, pero ninguno entra en razón. Me explico, aunque tengan razón, ambos entran en emoción y no en razonar. Entran en la emocionante actividad que es discutir y ahí cada uno defiende su posición con razones y criterios más o menos pertinentes, lo cual sólo demuestra que cada uno tiene un punto de vista.
No es nada extraño, se trata de un comportamiento normal que he visto en muchos equipos de trabajo. La idea romántica de «la razón es mía» y sobre todo acompañada de una frase demoledora: «no me estás escuchando». Una frase que a primera vista quiere atraer la escucha, pero que en el fondo sirve de ataque y provocación. Lo único que se consigue es mantener las posiciones, marcar las diferencias y aumentar la sensación de discusión, lo que genera mayor emoción y entramos en la espiral de discutir, el círculo vicioso de a ver quién aguanta más.
¿Soluciones? Claro que las hay. La primera es ser consciente de que estamos jugando a «llevar la razón» y que no nos va la vida en ello, que hay muchas otras posibilidades y que la nuestra sólo es una posibilidad más. Si nos ponemos en otros puntos de vista, resulta que vemos las cosas diferentes y ¡vaya! lo que era un 6, puede ser un 9. Lo primero es salirse de la emoción, entrar en razón y plantearse: ¿Qué queremos conseguir? ¿De qué nos va a servir conseguir lo que queremos? ¿Qué nos une para que tomemos una decisión? Y por último ¿Cómo queremos conseguirlo?
Cuando pasamos de las discusiones a las decisiones, todo cambia. La emoción no nos agota y el resultado nos motiva. Sin duda, es una clave para que los equipos alcancen su mayor rendimiento. En conclusión: la discusión es un círculo vicioso que nos lleva a discutir, pero si queremos llegar a acuerdos, tenemos que buscar otra forma de pensar.