Tipos de comportamiento de las personas: dominancia y emotividad
Selección de textos del libro “Claves para el autodesarrollo, el desempeño eficaz y el liderazgo” de Manuel Rivero Pérez.
DOMINANCIA Y EMOTIVIDAD
En nuestro comportamiento influyen de forma directa dos rasgos muy importantes que son la dominancia y la emotividad.
(*.Nota adicional) La dominancia la podemos relacionar con ¿Me siento capaz de imponerme a las circunstancias o me adapto a ellas? La emotividad puede responder a ¿Me siento unido a mi entorno y siento que me brinda apoyo o lo tengo por desfavorable e inhóspito? (*).
Si cruzamos las dos variables en una misma matriz, de más a menos intensidad, podemos agrupar los comportamientos de las personas en estos cuatro grupos:
Fuente: idea tomada de Paradigma
Cada una de las ventanas del gráfico nos muestra estilos totalmente diferentes de comportamiento.
Ventana superior izquierda: personas que son a la vez dominantes y emotivas; su comportamiento destaca por ser vital, enérgico y dinámico.
Ventana inferior izquierda: personas que destacan por ser muy emotivas y nada dominantes, su comportamiento se caracteriza por la carga de afectividad, de mimo y de cariño que le imprimen a sus gestos y a sus acciones.
Ventana superior derecha: personas que destacan por ser muy dominantes y escasamente emotivas, son personas de acción y en su comportamiento, predominan las órdenes, los controles y las mediciones.
Ventana inferior derecha: personas que destacan por no ser ni dominantes ni emotivas, en su comportamiento predomina la reflexión, el análisis, la prudencia y el contraste.
En primer lugar, debemos de tener en cuenta, que no es bueno ni es malo estar en cada uno de estos apartados o estilos de comportamiento, todos tienen sus fortalezas y sus debilidades, lo importante es descubrir cuales son y como actúan, en que nos benefician y en que nos perjudican.
Esos dos rasgos de dominancia y emotividad, que las personas tenemos más o menos acentuados, todos los indicios nos encaminan a que no se heredan genéticamente, sino que se adquieren a muy temprana edad; esa adopción, se hace por imitación de la persona que ejerce gran influencia sobre nosotros en ese primer período de nuestra vida. Esos dos rasgos los podemos copiar del comportamiento de la madre, del padre, un hermano o hermana mayor, tío o tía paterno o materno o amigo cercano de la familia; una vez adoptados, se incorporan como propios al comportamiento con carácter permanente.
Uno de los ejemplos en los que se incide para demostrar que se adquiere por imitación, es el clásico de los hermanos criados juntos, con escasa diferencia de edad y sin embargo desarrollan estilos muy diferentes de comportamiento y de personalidad.
Si conseguimos interpretar de forma adecuada estas dos variables, vamos a conocernos mejor a nosotros mismos y vamos a conocer mejor y comunicarnos con los que nos rodean. Podemos afirmar que estamos en el buen camino del auto-desarrollo, del desempeño eficaz y del liderazgo.
Vamos a analizar cada una de las cuatro ventanas de la matriz anterior.
VENTANA DINÁMICA
Las personas que tienen muy acentuados sus rasgos de dominancia y de afectividad, se caracterizan por ser muy activas y enérgicas; por ser innovadoras y creativas; por tener mucha iniciativa; por involucrarse en numerosos proyectos y además por ser alegres y dinámicas.
Son personas con una visión muy amplia de futuro, toman muchas decisiones, muy rápido, miran siempre hacia adelante, antes de terminar un proyecto ya tienen dos o tres en marcha. Asumen responsabilidades con agrado; gestionan su tiempo, nunca lo dan gratis, aunque la inversión no sea siempre la más rentable.
Dirigen más que mandan, refuerzan la motivación de su equipo con el salario emocional, crean equipos de trabajo de alto rendimiento, con fronteras muy diluidas, cuidan a sus colaboradores, les estimulan, motivan y desarrollan, delegan en ellos con mucha facilidad tareas de gran responsabilidad.
Estructuran su discurso con verbos de acción y en plural: vamos a conseguir, vamos a realizar, vamos a modificar, y palabras que signifiquen cambio: nuevo, novedoso, innovador, revolucionario, diferente. Cuando presentan los resultados, los presentan como logros del equipo “hemos conseguido”, y su liderazgo se muestra siempre de forma nítida.
Se preocupan de desempeñar las áreas claves de su actividad, aunque a veces también las delegan y con los criterios de rendimiento con frecuencia cogen algún atajo. Se centran en las oportunidades más que en las amenazas y aprenden y desaprenden con facilidad.
En el equipo de fútbol del colegio, su puesto preferido es el de central, para distribuir el juego y realizar jugadas vistosas que le permiten disfrutar, centrar la atención y ganarse el reconocimiento de todos. Estas personas desarrollan este comportamiento para dar satisfacción a su necesidad básica que es el reconocimiento social.
Si eres una persona dominante y emotiva, cuentas con excelentes cartas; cartas que puedes jugar de forma más efectiva, en ese sentido debes de reflexionar más a la hora de tomar decisiones, hay asuntos que no debes de delegar porque eres tú quién los tienes que realizar, es muy importante tu visión de futuro, pero aprende de las enseñanzas pasadas, mira de cuando en vez a través del espejo retrovisor y además del reconocimiento busca la efectividad. Lleva una agenda para que no se te solapen los asuntos, y no tengas tantos frentes abiertos, acostumbra a cerrar unos temas antes de iniciar otros nuevos. Con frecuencia el cuadrante de los temas que son importantes y urgentes tiene demasiada extensión y ese es uno de los motivos por los que tienes que correr tanto, estirar la jornada y agobiarte sin necesidad.
Tu mejor maestro, va a ser el comportamiento de la persona que está situada en el cuadrante opuesto, que aunque no tienes química con él, te va a ser de gran ayuda para que aprendas a cerrar la puerta a tus amenazas. Tus claves están en añadir a tu comportamiento las fortalezas de la ventana de la seguridad o analítica, que vamos a analizar a continuación.
VENTANA ANALÍTICA
El comportamiento de las personas que no son emotivas ni dominantes, se caracteriza por ser reservado, conservador, reflexivo, prudente, preocupado, empírico y analítico. Son comportamientos que destacan por estar más centrados en su tarea que en las personas o acontecimientos externos.
Son personas, que su seguridad la encuentran en la experiencia de los hechos pasados y en la comprobación empírica; toman las decisiones con lentitud, se deciden cuando tienen todas las variables controladas, están mirando continuamente a través del espejo retrovisor, para no cometer errores ni equivocarse. Mientras no terminan el proyecto que tienen en marcha no inician otro nuevo. Gestionan muy bien su tiempo, nunca lo dan gratis, aunque la inversión no sea siempre la más rentable.
Su pasión está más centrada en su tarea, buscan la motivación en la perfección de la obra bien hecha; cuando le corresponde dirigir, ejercen funciones de mando. Si crean equipos de trabajo son reducidos y con fronteras muy marcadas. Desempeñan todas sus áreas claves de actividad, a su debido tiempo, con los criterios de rendimiento establecidos y con la precisión de un relojero. Su cuadrante de las tareas que son importantes y urgentes a la vez ocupa muy poco espacio; les cuesta delegar, y si en algún momento delegan, serán siempre tareas intrascendentes.
Estructuran su discurso con los tiempos de los verbos en pasado para justificar la acción: comprobé qué entonces (…) analicé (…) tuve en cuenta la relación causa-efecto de (…); y palabras que signifiquen seguridad: fuerte, potente, seguro, reforzado, comprobado, impermeable, irrompible. Cuando presentan los resultados, los presenta a título individual “conseguí”, y su liderazgo apenas se muestra, son personas que no les gusta el protagonismo. Se centran más en las amenazas que en las oportunidades, tienen más facilidad para aprender que para desaprender.
De jugar en el equipo de fútbol del colegio, su puesto preferido es el de defensa, o de portero, estudia al contrario, conoce su posición y sus movimientos, identifica con precisión a sus compañeros, adelanta el balón solamente cuando está convencido de que no va a perderlo.
Estas personas desarrollan este comportamiento para dar satisfacción a su necesidad básica dominante que es la de sentirse seguros.
Si eres una persona que no eres ni dominante ni emotiva, cuentas con excelentes cartas; cartas que puedes jugar de forma más efectiva, en ese sentido debes de arriesgar más, no debes de reflexionar tanto a la hora de tomar decisiones, no te eternices analizando, porque por mucho que lo intentes nunca vas a tener todas las variables controladas, además las oportunidades pasan muy de prisa; si diriges a personas, debes de tener en cuenta que hay asuntos que tienes que delegar, no puedes querer hacerlo tu todo, primero porque no puedes y en segundo lugar construyes un embudo que asfixia a la organización; no esperes siempre a tener un tema cerrado totalmente antes de iniciar otro nuevo, hay asuntos que se pueden llevar juntos y no se solapan, esta rigidez y esta inflexibilidad te perjudican en la consecución de tus resultados y en tus áreas de mejora.
Aprende a ser más asertivo, más flexible y a poner en práctica la empatía. Te beneficia ser más expresivo, enseñar a los que tienes a tu lado, a decir lo que quieres y lo que esperas de las personas y ellas te lo agradecerán.
Tú mejor maestro, va a ser el comportamiento de la persona que está situada en el cuadrante opuesto, que aunque no tienes química con él, te va a ser de gran ayuda para que aprendas a cerrar la puerta a tus amenazas. Tus claves están en añadir a tu comportamiento las fortalezas de la ventana dinámica.
VENTANA PRODUCTIVA
El comportamiento de las personas que son muy dominantes y escasamente emotivas, se caracteriza por ser frío, calculador, controlador, dominante e impulsivo. Son comportamientos que destacan por estar más pendientes de los resultados que de las personas.
Son personas que están centradas en el presente, toman las decisiones, siempre orientadas a la consecución de resultados, principalmente a corto plazo, miran hacia delante y hacia atrás, dan órdenes para terminar un proyecto e iniciar de inmediato otro. Asumen responsabilidades de dirección y mando con agrado; gestionan su tiempo, y el de los demás y nunca lo dan gratis.
Son capataces, mandan más que dirigen, potencian el trabajo individual dentro de los equipos de trabajo. Buscan el incentivo y la motivación de sus colaboradores en el salario monetario. Son personas orientadas a resultados, cuantifican, individualizan, miden y exigen la consecución de objetivos en el calendario previsto. Estructuran su discurso con verbos de acción y de obligación: tienes que, dime cuánto y palabras que signifiquen logros y resultados: conseguido, eficaz, superior a la competencia. Cuando presentan los resultados, los presentan como logro individual “he conseguido, superé el 150%”, y su liderazgo se muestra siempre de forma nítida e indiscutible.
Se centran en las oportunidades que más les ayuden a conseguir los objetivos, están vigilantes a las amenazas y aprenden y desaprenden con facilidad.
De jugar en el equipo de fútbol del colegio, su puesto preferido es de árbitro, para dar órdenes e imponer su autoridad; de participar como jugador, su puesto sería el de central, para distribuir el juego, realizar jugadas efectivas, neutralizar al contrario, marcar goles y evitar recibirlos.
Estas personas desarrollan este comportamiento para dar satisfacción a su necesidad básica dominante, que es la de ganar y cumplir con los objetivos establecidos.
En tu mazeway particular, si eres una persona dominante y no emotiva, cuentas con excelentes cartas, que puedes jugar de forma más efectiva, en ese sentido a la hora de tomar decisiones, ten en cuenta que con la tarea van las personas, y que la vida no es una escalera o un juego de suma cero, es más bien una red y un deporte donde todos pueden ganar.
A las personas les motiva el salario material, pero es más persistente el salario emocional y este salario se lo proporciona la satisfacción en el trabajo, la forma de dirigir y de enseñar. Tú mejor maestro va a ser la persona que está situada en el cuadrante opuesto, que aunque no tienes química con él, te va a ser de gran ayuda para que aprendas a cerrar la puerta a tus amenazas. Tus claves están en añadir a tu comportamiento las fortalezas de la ventana de la afectividad, que vamos a analizar a continuación.
VENTANA AFECTIVA
El comportamiento de las personas que son muy emotivas y no son dominantes, se caracteriza por ser cálido, agradable, sumiso, tranquilo, con espíritu de servicio, centrado en los demás para hacerle la vida más agradable y más fácil, viven con intensidad las emociones y los sentimientos de los que están a su lado como si fueran propios. Su comportamiento destaca por estar más pendientes de las personas que le rodean, que de si mismos o de sus objetivos y resultados.
Son personas que están pendientes de los tiempos de los demás, esta atención, les genera una flexibilidad en la percepción del mismo, así que con facilidad pueden ser de presente, de pasado o de futuro; tienen dificultades para tomar decisiones por el temor del efecto negativo que puede generar en el otro. Gestionan su tiempo de forma ineficiente y lo dan gratis con mucha facilidad.
A la hora de dirigir, son colegas, ni dirigen ni mandan, dejan la iniciativa en manos de sus colaboradores, les agrada el trabajo en equipo, pero si surgen individualidades, las respetan y les dejan seguir con su dinámica aunque perjudique al grupo y a la productividad. Buscan el incentivo y la motivación de sus colaboradores en el salario afectivo. Su liderazgo aparece de forma difusa, con frecuencia lo delega en algún miembro del equipo. Cuando presentan resultados, los logros son más de los demás que suyos propios.
Se centran en las personas, ellos están ahí para facilitarle la vida, para que ésta sea más agradable y más fácil; son personas orientadas a personas, por ese motivo en su discurso siempre predominan las palabras cálidas y agradables de afecto y de cariño, se preocupan de las personas y de su familia, están siempre a su lado, viven con intensidad sus ritos de paso: ascensos, jubilaciones, matrimonios, separaciones, nacimientos y fallecimientos.
De formar parte del equipo de fútbol del colegio, es al que menos le importa ser suplente, para salir cuando sea necesario a ocupar el puesto que sea necesario. Estas personas desarrollan este comportamiento para dar satisfacción a su necesidad básica dominante, que es la del afecto, ellas son las primeras que necesitan sentirse queridas y en esa dirección encaminan su comportamiento.
En tu mazeway particular, si eres una persona muy emotiva y nada dominante, cuentas con excelentes cartas; cartas que puedes jugar de forma más efectiva, en ese sentido, lo primero que tienes que desarrollar es tu asertividad, tienes que aprender a decir no, además tienes que reducir tu empatía, la tienes tan desarrollada que se convierte en simpatía y eso en nada te beneficia, se trata de entender a los demás, no de sufrir la intensidad de su sufrimiento, como si fuera tuyo propio, también debes de reducir el grado de flexibilidad, ser flexible es muy interesante pero de ahí al todo vale, hay una gran diferencia.
Es muy importante que trates con cariño y te preocupes de las personas y sus circunstancias, ese mismo interés y focalidad tienes que llevarlo al desempeño de la actividad para conseguir los resultados en el tiempo establecido. Debes de aprender a separar el problema de la persona, con la persona necesitas seguir siendo agradable, pero con el problema inflexible; además debes de dar feedback de forma precisa y neutral; tomar decisiones; informar a tu equipo; corregir; exigir; ser dueño de tu tiempo; respetar el de los demás y marcar la dirección de la productividad y del cumplimiento de los objetivos.
Hay funciones que eres tú quien las tienes que realizar en tiempo y en forma y que nunca puedes delegar y en ese sentido el liderazgo es una de ellas.
Tú mejor maestro, va a ser el comportamiento de la persona que está situada en el cuadrante opuesto, que aunque no tienes química con él, te va a ser de gran ayuda para que aprendas a cerrar la puerta a tus amenazas. Tus claves están en añadir a tu comportamiento las fortalezas de la ventana dominante.
Nuestro comportamiento está dirigido para satisfacer nuestras aspiraciones, deseos y necesidades. Su centro dinamizador es nuestra necesidad básica dominante; necesidad que a su vez viene determinada por nuestro grado de dominancia y de emotividad.
En nuestro mapa cognitivo, debemos de identificar en ese eje de coordenadas nuestro grado de dominancia y de emotividad, en esa ubicación vamos a descubrir las claves de nuestro comportamiento; nos va a mostrar con precisión cuales son nuestras fortalezas y cuales son nuestras amenazas y además nos va a orientar sobre las habilidades que debemos de adquirir para potenciar nuestro auto-desarrollo, nuestro desempeño y nuestro liderazgo, tanto en el terreno laboral, como en el familiar y en el social.
Esos grados diferentes de dominancia y de afectividad que tiene cada persona, son determinantes a la hora de interpretar la realidad, eso explica que si tuvieran que pintar La Capilla Sixtina, cada ventana del cuadrante lo haría de forma diferente, al igual que si recibieran un premio grande de la lotería, cada uno se sentiría afortunado de forma distinta o si tuvieran que enviar un formulario por correo, uno lo haría con carácter urgente, otro certificado, otro ordinario y un cuarto certificado y urgente a la vez.