Storytelling y Mentoring: Conocerse a través de la escritura
Si bien es verdad que resulta imprescindible para cualquier interesado en un tema desenvolver una base teórica como fundamento para un posterior desarrollo práctico, llega un momento en que es preciso detallar alguna actividad que permita pasar del plano puramente conceptual al experimental. En nuestro caso, ha llegado el momento.
En esta tercera entrega de “Storytelling aplicado al mentoring” me gustaría explicar una serie de estrategias que sin duda ayudarán al futuro mentor a reflexionar a través de la escritura con el fin de alcanzar un mayor conocimiento sobre sí mismo, asunto que ya perfilábamos en el primer artículo. Para lograr esto, no es necesario hacer gala de grandes alardes estilísticos, más bien al contrario: basándonos en tareas sencillas realizadas de manera regular, seremos capaces de clarificar pensamientos y capturar nuestras experiencias más ricas para ponerlas al servicio del mentoring.
Partiendo de estas premisas realizamos la siguiente propuesta:
Escribir todos los días en un cuaderno una pequeña entrada en torno a uno de los dos temas propuestos más abajo. La elección del tema se puede hacer de manera alternativa, los días pares el tema uno, y los impares el dos, por ejemplo. En la agenda reservaremos entre treinta y cuarenta minutos diarios para realizar la tarea intentando que cuadre siempre en la misma franja horaria. El tiempo de la mañana justo después de levantarnos o el de la noche antes de acostarnos, suele ser propicio para este tipo de trabajos, pero cada uno debe experimentar y encontrar el momento adecuado, “su momento”.
Recomendaciones:
_ Ponte a escribir en un lugar tranquilo donde puedas estar relajado. Siéntete cómodo, abre la ventana, hazte un té, pon música…, busca un pequeño ritual que te ayude a centrarte y que puedas repetir a diario.
_ Puede ser interesante que al principio para desbloquearte anotes alguna cita de algún libro que estés leyendo y que lo asocies de alguna forma con la tarea.
_ Sé consciente de tus sensaciones. Descríbelas, déjate llevar por ellas. También ésta puede ser una buena manera de empezar.
_ Si de buenas a primeras no te viene nada a la cabeza, no te desesperes, activar el recuerdo lleva su tiempo. El hecho de que te hayas sentado a escribir ya es de por sí un logro. Ten paciencia.
_ Una vez que hayas iniciado el proceso y ya lleves algunos días desarrollándolo, relee lo que has escrito. Añade lo que quieras. No quites nada.
_ Evita cualquier juicio de valor con respecto al estilo, calidad o utilidad de lo escrito. Enjuiciar lo que hacemos, resulta muy peligroso pues tendemos a ser muy duros con nosotros mismos. Además, hay que tener en cuenta que no se trata de un trabajo de creación literaria, sino de una manera de activar la memoria. El objetivo último de estas anotaciones es ser capaces de revivir una experiencia. Para ello no hacen falta grandes descripciones ni empantanarse en detalles.
Por otro lado, puede que lo que hayamos escrito nos parezca ahora una tontería, pero muy probablemente en una relectura posterior, seis meses más tarde, por ejemplo, encontremos interesantes y útiles cosas que en un principio nos parecieron banales. Por tanto, muy importante: no tachar ni romper nada.
Los dos asuntos sobre los que empezar a tejer el hilo de la memoria serían:
1.- HISTORIAS DE APRENDIZAJE: anotar relatos que nos hayan impactado sobre relaciones en las que de alguna manera esté presente el tutelaje. El origen de estas anécdotas puede ser diverso: un cuento tradicional o de vida, una novela que hemos leído, un suceso que nos han contado, una película que hemos visto… Es importante señalar que nosotros no debemos estar involucrados en la experiencia que narramos. Se trata de algo totalmente ajeno, que nos ha llegado de fuera y en lo que no hemos tomado parte directamente.
2.- EXPERIENCIAS DE MENTORING: escribe sobre lo que has vivido con el fin de identificar los vínculos que te unen al pasado, y de qué manera éstos han definido tu carácter y tus tendencias. Piensa en tu recorrido como ser humano y apunta las personas que de alguna manera han ejercido sobre ti alguna influencia y los acontecimientos que rodearon ese aprendizaje. Ten en cuenta que a veces encontramos mentores en la gente más insospechada: maestros, jefes, vecinos, tíos, hermanos, padres, amigos, desconocidos…
Aclaraciones:
_ En el curso de todo aprendizaje existen vivencias que nos han dejado un poso más dulce, otras, sin embargo, más amargo. Todas ellas tratadas de manera objetiva son útiles para el crecimiento de un mentor. No apartes las menos agradables. Siempre que hayan tenido algún eco en ti apúntalas puesto que también forman parte de ti.
Temporalización:
Inicia este proceso mañana mismo y mantenlo hasta el siguiente artículo en el que te ofreceremos pautas para analizar lo sucedido y seguir avanzando.
Mucho ánimo y recuerda: las cosas que vayas anotando en tu cuaderno funcionarán como las provisiones que se guardan en la mochila antes de realizar una excursión. Se pueden utilizar o no a lo largo de la travesía dependiendo de las condiciones climáticas, de la dureza del terreno, de nuestras condiciones físicas…, pero el hecho de llevarlas nos dará seguridad en el viaje y nos ayudará a resolver cualquier imprevisto.