«Papá, Carlos es contagioso» Cómo evitar la emoción envenenada
«Papá, Carlos es contagioso».
«Por qué? «.
«Porque cuando él me pega, yo le pego».
Iván Álvarez Pérez
Me han ofendido, mi reacción es inevitable… ¿O no?
Imagínate que, en vez de pensar «eso no es verdad, es injusto» y la consiguiente respuesta indignada, consiguiera antes sacar el bisturí y analizar las dos partes del conflicto como en un laboratorio:
1. Pensar en el otro extremo de la cuerda, en la otra persona.
Te propongo tres posibilidades de análisis, válidos según el caso:
La primera en caso de que haya una posible implicación emocional en la persona que me ha ofendido:
¿Es realmente dueña de lo que ha dicho o ha sido un rapto emocional?
¿Quizá piense otra cosa en cuanto sea consciente de que no ha sido justo?
¿Qué pasaría entonces si no lo hubiera escuchado?
¿Quizá tiene algún dolor o limitación que le hace saltarse el valor del respeto?
Si es alguien cuya opinión valoro y realmente piensa lo que ha dicho:
¿Es ella la juez ante la que hay que justificarse? ¿Es que lo sabe todo? ¿Por qué no tomarlo como una opinión, tan válida como la mía?
… Vale cualquier pregunta para observar al otro/a con perspectiva para reencuadrar correctamente la conversación.
2. Esto me puede permitir ver dentro de mi interior con sosiego, lo más importante. Quizá descubra una herida que está siendo tocada. Puede que también vea que me influye una opinión externa porque necesito validar algo que yo mismo dudo.
Puede que vea que la opinión de esa persona es importante para mí… Aunque siempre debo recordar que también ella está proyectando fuera sus demonios, cosa que no tiene que ver conmigo.
Lo más importante, que mi curiosidad cambia mi actitud desde reaccionar emocionalmente hacia descubrir información relevante sobre mí (y quizá sobre el/ella). ¡Qué interesante!
Si también lo ves así, entonces, ¿por qué no lo hacemos más a menudo?
Lo que realmente hace inevitable el lío es el contagio emocional, como dijo mi hijo Iván en la conversación que reproduje al inicio.
Las palabras solo son el soporte del verdadero cargamento de esa conversación: la emoción envenenada. Sea por la razón que sea, es preciso ser consciente de que ése es el cargamento. Ésa es la verdadera red que envuelve a ambas partes… y el reto para quien quiera desactivar el conflicto.
Como vemos, esta discusión puede verse como dos realidades yuxtapuestas que entran en conflicto, no tenemos obligación de tomarlo como nada personal. Lo conseguiremos si nos damos cuenta de lo complejo ¡e interesante! que es una situación así.
Si observo con atención científica cada parte, puede que salga del sistema que se crea reactivamente ante una ofensa (es decir, puedo evitar la que se iba a liar).
Es como ponerse un peldaño más arriba, para poder permitir que nuestra respuesta surja de otra parte de nosotros más pura… esquivando la parte envenenada.
Daniel Álvarez Lamas
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