La pasión como factor de motivación. Por Santiago Montagut
Daniel Pink en su libro, “La sorprendente verdad acerca de lo que nos motiva”, destaca la necesidad del ser humano de encontrar un sentido de propósito a su existencia por el hecho de ser el creador y el responsable de su destino.
Pink defiende el concepto de la motivación intrínseca, la cual se construye a partir de la autonomía , la maestría , y el propósito (formar parte de algo más grande que nosotros que tiene sentido y trascendencia); enfrente de la extrinseca, dinero o penalización.
Es decir, lo que verdaderamente impulsa a una persona a dar lo mejor de sus capacidades y a desarrollar su pensamiento creativo y apasionado , son los motivadores intrínsecos, los motivadores de corte emocional, que son los que en realidad generan compromiso, inducen pasión por lo que se hace, y son inherentes a un significativo sentido de propósito.
Y Gary Hamel en su libro ¨El Futuro del Management¨ nos habla sobre los 3 detonadores que comprometen a un persona a dar lo mejor de sí mismo en su trabajo. Y esto nos es muy útil también como coaches.
Existen diversos factores que elevan la energía y el entusiasmo de una persona, algunos de ellos son muy básicos y no fortalecen el compromiso hacia su trabajo (y en la vida) aunque son necesarios,pero los últimos 3 de los que habla Hamel en su pirámide; iniciativa, creatividad y pasión son elementos esenciales para este objetivo.
Gary Hamel explica cada uno de estos puntos y cómo afectan al trabajador en su labor dentro de la organización. Para generar estos factores en el individuo, se deben sentar las condiciones para que estas cualidades florezcan en cada persona.
Obediencia: es el punto de partida, la capacidad de seguir el camino y las normas. Diligencia: Los personas diligentes son responsables, no toman atajos, son meticulosos y organizados.Intelecto: La mayoría de las empresas se esfuerzan para contratar a trabajadores intelectualmente dotados. Valoran a las personas inteligentes con ganas de mejorar.
Iniciativa: La gente con iniciativa no espera a que le pregunten y no necesita que le expliquen nada.
Creatividad: encontrar una mejor manera de hacer las cosas, esto es, crear y mejores productos o servicios para la empresa (innovación).
Pasión y entusiasmo: Las personas apasionadas superan los obstáculos y se niegan a rendirse. La pasión es contagiosa y convierte las cruzadas personales en movimientos masivos.
Las tres primeras capas de la pirámide –obediencia, diligencia e intelecto– son capacidades básicas que son necesarias pero no suficientes.
Son las tres últimas capacidades humanas de la pirámide –iniciativa, creatividad y pasión– las que hoy crean mayor valor a las empresas y motivación a sus profesionales.
Esta es la razón por la que hoy es fundamental lograr la pasión de los profesionales. Las organizaciones exitosas son aquellas que saben construir su propia estrategia de motivación de acuerdo con las necesidades individuales de sus colaboradores y de su entorno. Pero la mayor ventaja competitiva sostenible esta en el último escalón, en la capacidad de entusiasmar y entusiasmarse.
La motivación debe desarrollarse en un ambiente positivo, abierto, flexible y necesariamente personalizado; y asi se debe conseguir en las sesiones de coaching.
Y para el coach, ser ejemplo es una necesidad y una fortaleza. En nuestro trabajo debemos destilar pasión por que ahí está el verdadero diferencial entre un buen profesional y uno excelente.
La Pirámide de Hamel nos da una visión de la importancia de este factor en las personas como generadores de nuevas ideas con iniciativa y proactividad hacia lo que hacen.
Ahora bien, como profesionales y ante determinados objetivos más pronto que tarde puede llegar el desánimo, y la pasión empezar a languidecer. Nos podría pasar a nosotros y a nuestro cliente, o a ambos.
¿Dónde está el fallo? Según nuestra experiencia, no debemos confiar demasiado en que la pasión es algo que surge de manera natural, y no lo desarrollamos como lo que es: un hábito fundamental para el coach. Un talento.
Y el desarrollo de un talento necesita disciplina, disciplina para trabajarla como un hábito y ser capaz de mantenerla en circunstancias menos favorables.