La alianza invencible: Curiosidad e ingenuidad…¿Qué pasaría si?
Durante las sesiones de coaching a menudo encuentro clientes que se debaten entre seguir haciendo lo que hacen o hacer algo diferente. Aún cuando la primera opción signifique seguir tolerando algo que les hace sufrir es frecuente verles encontrar excusas muy bien razonadas acerca de porqué no pueden elegir otra opción.
Su preocupación es como una puerta que nunca logran abrir, siempre acaban encontrando un saboteador que les da poderosas razones para no abrir esa puerta.
Este saboteador presenta poderosos músculos por tanto tiempo de entrenamiento y además es muy listo, tiene muchas explicaciones acerca los riesgos potenciales de obrar cambios.
Pero tiene un punto débil, una especie de talón de Aquiles. Si quieres desenmascarar este saboteador prueba con una simple pregunta:
¿qué pasaría si…?.
Recuerdo una sesión memorable con un colega veterinario , llamémosle Miguel, al que varios disgustos con antigüos empleados le habían llevado a mostrarse receloso a la hora de contratar nuevos cirujanos. Su saboteador le recordaba con vehemencia lo arriesgado de confiar en los empleados. Gracias a ello Miguel soportaba una carga de trabajo insoportable y estaba al borde del colapso.
Muy sabiamente su saboteador razonaba el porqué de su negativa a contratar a nadie que le ayudase hasta que de forma inesperada algo le hizo tambalearse.
-Coach: «Miguel, ¿qué pasaría si encontrases alguien de confianza?
-Miguel: «Ya sabes que no creo en ello. Pero supongo que en ese caso tendría menos agobio y más tiempo libre»
-Coach: «¿qué pasaría si tuvieses menos agobio y más tiempo libre?»
-Miguel: «Podría ver más a mis hijos, a mi mujer…e incluso volver a hacer deporte»
-Coach: «¿Qué pasaría si vieses más tus hijos, familia e incluso volviese a hacer deporte?
-Miguel: «Volvería a ser feliz…se acabaría este infierno. (sollozando y sonriendo ). Sería como empezar una nueva vida».
A partir de ahí, con el saboteador en la lona, Miguel construyó su nueva vida.
Hoy disfruta de más tiempo y de un colaborador competente y leal.
Me gusta preguntar con curiosidad, con un tono casi ingenuo, ¿Qué pasaría si …?. A menudo encuentro en ello una llave para abrir el candado de nuestros saboteadores.