La adolescencia según la Teoría del Desarrollo
La vida en su etapa más heroica
«¡Mis papás no son infalibles!» Con este inesperado hallazgo me parece que puede comenzar esa heroica fase de la vida llamada la adolescencia.
El lugar seguro en que el adolescente creía vivir, donde sus padres eran algo parecido a Dios (de hecho, le dieron la vida), ha resultado ser una ilusión. El instituto, como cualquier otro sitio de este mundo, está lleno de cosas inesperadas, tanto positivas como negativas.
«Tengo que rodearme de amigos que me den seguridad. Debo seguir las reglas para evitar castigos y conseguir recompensas. ¡Qué difícil es ligar! Quiero aprender los trucos, encontrar a quien los conozca».
La ansiedad, los picos y valles anímicos, la inseguridad,… El adolescente vive en una continua presión emocional. No es extraño que se produzca esta sensación en quien se ha encontrado dentro de una jungla sin previo aviso, tras una existencia de protección y felicidad.
«Mamá y papá ya no me dan un refugio seguro ¿Cómo encontrarlo? ¿Lo conseguiré alguna vez?». No es raro encontrar esa relación de amor – odio con los progenitores, como de autoridad y alejamiento, incluso resentimiento, a la vez.
Esos años caóticos también son de enorme aprendizaje, gracias a no haber abandonado del todo la plasticidad mental de la infancia. Eso es una ayuda para hacerles coaching.
Cuando le haces coaching a un adolescente, es difícil ganarse su confianza al principio, es difícil penetrar en su mundo y ganarte su atención plena. Eso sí, cuando lo consigues, los resultados son casi inmediatos por esa plasticidad.
No están aún saturados de instrucciones mentales, de los «debería de» que surgen con el acuerdo social, su siguiente etapa socio emocional. Su mente aún está limpia. Eso sí, los objetivos estarán relacionados con sus necesidades «básicas» como la protección, sentirse validados y apreciados, ligar o similares.
Cuando comprende e integra el nuevo aprendizaje, el adolescente se pone inmediatamente manos a la obra. También los hábitos de pensamiento y emoción y, por tanto, de acción son un obstáculo menor que en personas más maduras.
Técnicamente, estamos hablando de la etapa 2 de desarrollo socio emocional del ser humano, según la Teoría del Desarrollo.
¿Y hacia qué etapa se dirigen? ¿Qué etapa les toca a continuación de la adolescencia? ¿Cuál es la etapa 3?
La búsqueda de sus intereses bajo el mandato de la ley de la jungla es agotador. Durante años, el adolescente busca algo seguro a lo que aferrarse, en esa lucha por valerse por sí mismo. Se ha enganchado en grupos de iguales que le ofrecen una vía de escape en común para la rebeldía. Se rebelan contra la realidad cuya protección les decepcionó.
A través de esos grupos, el adolescente busca reencontrar la Verdad que se desvaneció con sus sueños de infancia, así como por medio de determinadas personas. Una búsqueda de algo que no existe… Y acaba por darse cuenta.
Poco a poco, el adolescente se hace más consciente de que vive en un entorno donde hay unas reglas que no funcionan tan mal. Sentía rechazó por esas reglas que aprendió de niño, porque aquella realidad perdió legitimidad. Ahora, tras años de lucha y aislamiento, un poco por agotamiento, aunque también por la maduración mental necesaria, esas reglas adquieren un nuevo sentido.
«Es muy duro valerse por sí mismo en este caos. Quizá tenga sentido que todos sigamos unas normas. Quizá la norma social sea una forma más cómoda de vivir y conseguir seguridad, aprecio, pareja y economía.»
Aspirar a una posición social ya no parece ninguna tontería. El adolescente empieza a comprender las ventajas. Es capaz de relacionarse con empatía para saber lo que debe o no debe hacer y para saber lo que debe o no debe esperar. Ya ha entrado en el terreno de las expectativas según el acuerdo social. La adolescencia ha quedado atrás.
Mientras que los adolescentes pueden tender a ser mas emocionales e impulsivos -y ahora tenemos razones para creer que esto puede reflejar una parte ‘normal’ del desarrollo del cerebro- nuestro trabajo como padres es lograr que bajen el ritmo y ayudarles a reflexionar sobre lo que estan haciendo , indica. Pero no se le puede culpar (o hacer responsable) de todo al desarrollo del cerebro. Es importante notar que la CPF aun funciona en la adolescencia. Sin embargo, ya que no esta completamente madura, sencillamente no trabaja tan rapido como si estuviera madura , dice.