Entrenando a mi dragón
Cómo deshacer bloqueos para hablar en público.
Uno de los asuntos de mayor recurrencia para solicitar la ayuda de un coach es el de hablar en público. La demanda puede ir desde evitar el pánico escénico, hasta sentirse más suelto y natural o incluso, por qué no, sacar tu mejor versión como presentador.
Vamos a hablar de una técnica efectiva que se puede utilizar en caso de sentir algún tipo de bloqueo a la hora de hablar en público.
Comencemos por recordar una investigación de Lars Eric Uneståhl
(Extracto de su libro: Yes, you can)
Para intentar averiguar la relación existente entre la influencia de los factores físicos y psíquicos sobre el rendimiento óptimo, se escogió un grupo de deportistas del mismo nivel, y se dividió en 4 subgrupos, para una competición.
El primer grupo se preparaba con entrenamiento físico ordinario. Al segundo grupo le ordenaron descansar hasta el día de la competición. El tercer grupo sólo se entrenaba visualizando cómo iba a realizar la competición. El cuarto grupo se entraba tanto física como mentalmente.
El entrenamiento mental consiste en integrar las imágenes de meta. Esto significa que el deportista, mientras se halla profundamente relajado mediante autosugestiones o autohipnosis, visualiza la competición paso a paso. En su interior se proyecta a sí mismo preparándose, en la posición de salida, realizando la competición y ganando. El proceso se repite día tras día hasta que la preconcepción de lo qué va a ocurrir se ha consolidado en el estado alternativo de consciencia.
El experimento con los cuatro grupos dio el siguiente resultado:
- El mejor resultado lo obtuvo el grupo que había entrenado física y mentalmente.
- En segundo lugar, los que sólo habían entrenado mentalmente.
- En penúltimo lugar, el grupo que había entrando físicamente.
- Y en último lugar, el grupo que no se había preparado.
En consecuencia, aquellos deportistas que se entrenaron con su imaginación tuvieron resultados similares a los que lo hicieron físicamente. Esto quiere decir que si esos mismos deportistas utilizaran su imaginación para entrenarse con el objetivo de «obtener malos resultados», realmente también los conseguirían.
Y te preguntarás, ¿Pero a quién se le podría ocurrir entrenarse para tener malos resultados?
Pues esto es exactamente lo que hacen habitualmente las personas que se bloquean al hablar en público.
Cómo te entrenas para hacerlo mal
¿Qué es lo que imaginan aquellas personas que se sienten bloqueadas cada vez que piensan en su próxima actuación?
Pues acuden a su mente todo tipo de escenas en torno a los desastres y ridículos que temen que sucedan. Esto les sitúa en un estado de escasez de recursos, en una de sus peores versiones.
Es algo así como si cada vez que recordaran esas situaciones desagradables, estuvieran dando un paso más en su entrenamiento para que la actuación les salga mal. Un entrenamiento involuntario, pero igualmente efectivo. Cuando salen a actuar, llevan muchas horas de entrenamiento como para que la intervención les salga de una manera distinta a como se la han imaginado.
Lo peor es que, cuando imaginan esto tratarán de luchar para «no imaginarlo».Eso genera el segundo efecto negativo
¿En qué consiste?
Si te digo que «no pienses en un elefante rosa», automáticamente, el elefante rosa ha aparecido en tu mente. Si la instrucción es «no pienses en un elefante rosa con un mono amarillo montado encima», ambos animales han aparecido ya en tu mente.
Este ejemplo muestra la base del dicho «lo que resistes, persiste«, que tanto mal hace cuando quieres evitar un bloqueo. Así que este efecto se une al del «entrenamiento para hacerlo mal».
¿Cómo deshacer este doble bucle de bajo rendimiento?
El coaching tiene como gran protagonista la palanca que más fácilmente puede resolver este tobogán hacia una actuación decepcionante: se trata de una pregunta…
«¿Cómo quieres que sea tu actuación?»
Veamos los pasos de esta técnica:
1. Escuchar
Esta parte es imprescindible para que la persona se suelte y sienta confianza en el proceso y en el/la coach. Soltar todo lo que le oprime y contárselo a alguien es ya habitualmente un alivio, lo que se denomina «una catarsis».
La persona va diluyendo su tensión al explicar su situación, unido a la esperanza de obtener nuevos resultados.
Al mismo tiempo, el coach le va preguntando por hechos que respalden sus opiniones. Esto es clave, pues normalmente las opiniones negativas de la persona que sufre bloqueo sobre sí mismo/a han sido amplificadas emocionalmente. El hecho de que tenga que explicar los hechos con detalle, en muchas ocasiones, hace que vea que «no es para tanto».
2.¿Cómo quieres que salga tu actuación?
Aquí tenemos que sacarle de su estado de queja con preguntas del tipo: ¿qué quieres en vez de eso? ¿Cómo sabrás que la intervención ha salido como quieres? ¿Qué ha sucedido en las ocasiones en que todo fue como deseas?
Lo ideal es que nos describa imágenes, sonidos, frases, etc. para que imagine de verdad esa situación, como en el entrenamiento descrito por Lars Eric.
3.¿Cómo te sentirás?
Esta pregunta es importante. Conecta a la persona con sus sensaciones internas, y por tanto con el estado físico y mental que surgirá en su presentación. Ese estado será la clave de que hable con fluidez.
El bloqueo corresponde tanto a un estado físico como mental, y ése es el estado negativo que ha estado entrenando y que deseamos sustituir.
4.¿Cómo vas a recordarlo?
Pedirle que seleccione aquello que le recordará a la actuación que ha imaginado. Debe ser algo que le lleve a sus imágenes y sonidos… pero sobre todo a sus sensaciones internas.
5. El plan de entrenamiento.
Se acordará con la persona con qué frecuencia se entrenará imaginando su actuación deseada hasta el día en que dicha actuación se celebre. Lo ideal es que la recuerde al menos tres veces o cada dos días. Debe hacerlo en un lugar apropiado y con plena intención.