En tiempos de crisis, ¿tú que eliges?
Es tiempo de comenzar a subir la moral. Un breve relato sobre la capacidad de elección. Aquí tienes una historia construida sobre un cuento que un día leí y quedo en mi memoria.
Un día un hombre desesperado llamó a la puerta de un sabio en busca de consejo:
-«¿Qué puedo hacer? Todo por lo que tanto tiempo he luchado parece desmoronarse a mi alrededor. Mi empresa va mal, tengo disputas constantes con mis socios, trabajadores, proveedores. Cuando llego a casa siento que mi familia no me entiende y descargo contra ellos mi rabia, si es que antes no lo he hecho en el trabajo. Hay días que no puedo más, entonces siento que alguien se aprovecha de ello. Otros días la tomo con quien menos lo merece. Esta situación está sacando lo peor de mi, ¿qué puedo hacer?
-«Uhm,..» dijo el hombre sabio mesándose su barba canosa, » dices que esta situación está sacando lo peor de ti, déjame pensar un momento, por favor. Al cabo de unos segundos, el anciano, poniendo su mano sobre el hombro del afligido hombre y mirándole con ternura a los ojos le dijo:
-«Tal vez tenga una historia que pueda ayudarte. Sentémonos al lado de este caldero donde está hirviendo el agua para preparar mi cena. Fíjate bien en su contenido, ¿qué ves ?
-«Veo agua hirviendo, como consecuencia del fuego que calienta el caldero desde abajo».
Entonces el hombre sabio cogió una zanahoria, un huevo y varios granos de café. Y mientras sonreía a su acompañante dejó suavemente caer la zanahoria en el agua hirviendo. Después de un rato pidió que la sacara y le preguntó:
-«¿Qué cambios observas en la zanahoria?
-«Veo que se ha vuelto blanda, ha perdido su fortaleza»
-«¿Aprecias cambios en el agua?»
-«No soy capaz de apreciar ningún cambio», contestó al sabio.
A continuación el hombre sabio pidió que introdujera el huevo en el agua hirviendo. Y así, tras un buen rato de silencio, volvieron a sacar el huevo.
-¿qué cambios aprecias en el huevo?
-«Veo que aunque está más caliente, no parece haber sufrido cambios»
-«Por favor, corta el huevo con este cuchillo».
Y entonces al hacerlo , el discípulo exclamó: -» ¡Está duro! Y por cierto, el agua sigue igual, no ha sufrido cambios.»
Finalmente el sabio cogió los granos de café y los dejó caer al caldero.
Pidió a su discípulo que cerrara los ojos durante unos cuantos minutos.
Después le preguntó: – ¿Qué cambios aprecias?
-«La habitación se ha llenado de un aroma muy agradable».
El sabio tomó una taza, la llenó con agua del caldero y pidió a su discípulo que la probase.
-¿A qué sabe este agua?
-«No sabe a nada que haya probado antes. Tiene un sabor muy agradable y particular. ¡Los granos de café han sufrido cambios en su interior , han destilando su esencia y han modificado el entorno!.
Finalmente el sabio, esbozando una leve sonrisa, dijo a su discípulo:
– «Cuando te enfrentes a cualquier reto recuerda esta conversación y recuerda que siempre podrás elegir comportarte como la zanahoria, el huevo o los granos de café. Sólo tú eliges. Hay personas que se derrumban, pierden su fortaleza y dejan de luchar. Otros se endurecen por dentro, se alejan de su entorno y se vuelven insensibles y herméticos. Sin embargo algunos se adaptan, se transforman para sacar su mejor versión y al hacerlo modifican su entorno. ¿Y tú, qué eliges?.»
Gracias por dejar tu comentario, Persocoaching :-))
Es gratificante saber que hay gente que hizo el cambio , seguro que con ello has ayudado a mucha gente …y por supuesto, a ti mismo.
La pena es que no sé quien es el autor del cuento, al menos por honrar su memoria citándole.
Genial artículo.