Descansando de tu propia vida
¿Descansas de tu propia vida?
Mi trabajo era por norma general bastante estresante. Un día me di cuenta que empezaba la semana muy desanimado… desanimado hasta llegar al deseado VIERNES. Dos días por delante, ¡bien! Días para realmente ser “yo”. Para hacer lo que quiero hacer. Esta alegría no obstante duraba poco, generalmente hasta el domingo por la mañana. Domingo… aaaahh, ese día tan complejo donde se mezcla la tranquilidad y el desasosiego, lo mismo que puedes sentir al caminar por una calle sin gente que normalmente está abarrotada. Muchas veces me pregunto qué nos ha llevado a crear los “domingos”.
Pasadas una semanas ya ni si quiera ese dulce fin de semana cumplía su función. Ya no era suficiente. Era el momento de planificar las “vacaciones”. Aquí ya hablamos de palabras mayores ¡eh!, 2 semanas ó 3 sin que suene el despertador… ¡Eso es vida! Descansando y desconectando sin parar. Y como muchas otras cosas en esta vida, las vacaciones iban llegando a su fin y lo que empezó como una explosión de energía rebosante de felicidad, se acababa tornando en una sucesión de “domingos” hasta llegar de nuevo al fatídico lunes.
Síndrome post vacacional, Blue Monday, estrés laboral, Síndrome de burnout o “del trabajador quemado”,…
Nos hemos inventado/generado un montón de problemas por una sencilla causa: no vivimos la vida que queremos vivir así que necesitamos “descansar” de nuestra propia vida para intentar ser el “yo” que queremos ser.
Y lo peor en mi caso no era tener que descansar, no, lo peor de todo fue el día que de manera consciente me di cuenta de que mi vida era una alternancia entre “hacer” y “parar”, entre “trabajar” y “descansar”, entre “estresarme” y “relajarme”. En alguna ocasión incluso me “cansaba” de “descansar”. Y para complicarlo todo más: cuando descansaba realmente comprendí que tampoco estaba viviendo la vida que quería vivir ya que estaba forzado a hacerlo, a descansar. Total, vivía enajenado de mi propia vida, de mi propia esencia. De locos.
¿Cómo se puede fin a este bucle? No hay varitas mágicas. Cada persona tiene que recorrer su propio viaje. En ocasiones será simplemente cambiar la perspectiva de tu trabajo actual, aceptándolo (ojo, aceptándolo de verdad, no confundirlo con conformismo) y alineándolo con tus propios valores y sentido de la vida; tal vez orientando poco a poco las tareas y horarios de modo que uno pueda sentirse lo más pleno posible.
En otras ocasiones el bucle se terminará rompiendo con tu actual forma de ganarte la vida. En este punto te diría lo que Sergio Rodriguez repite sin parar: “Si quieres emprender encuentra tu don y ponlo al servicio de los demás”. Hey, tampoco hay que demonizar las empresas; tal vez puedas dar con una empresa acorde con tus valores y principios. Primero encuéntrate a ti mismo, luego, si quieres, busca eso mismo en una empresa y si no existe, créalo.
Sí, ya sé: “es muy fácil decirlo”, “yo tengo una hipoteca”, “tengo hijos que alimentar”, “mi pareja no trabaja”, “Esto es lo que hay”, “No es tan fácil” “ “ (el espacio anterior es para que pongas tu excusa particular).
Mira, hay dos maneras de estar en el mundo: como víctima o como responsable de lo que te pasa. La víctima estará siempre a la deriva en el mar, a merced de las corrientes marinas; el responsable tendrá un buen motor y un buen timón para poner rumbo allá donde quiera ir. Además, si tu excusa es tu familia, ¿de verdad serías capaz de culpar a tus hijos o a tu pareja por vivir una vida que no quieres vivir? ¿Estás dispuesto a poner esa losa sobre sus espaldas? Larry Smith, experto en ayudar a las personas a que encuentren su pasión en la vida, tiene un vídeo en TED muy interesante e irónico sobre este tema.
¿Y si pudieses hacer algo para evitar descansar de tu vida? ¿Y si cada día fuese una aventura que estuvieses deseando vivir independientemente de qué día de la semana es? ¿Y si además te ganases la vida haciéndolo? No te preocupes por aquellos que no te apoyan.
No les culpes. Sólo están proyectando sus propios miedos sobre ti.
Buen viaje.