Como enfrentar una situación de indefensión aprendida, desde el punto de vista del Coaching
En el seguimiento de las noticias, principalmente económicas y de empleo, así como en el discurso de gran número de personas, encontramos situaciones de “indefensión aprendida”.
Las personas se sienten atrapadas por una realidad aversiva y, tanto que hagan, como que dejen de hacer, esta situación es para ellos, inescapable e inevitable. Están dentro de un círculo vicioso, en el que los efectos, son independientes de su conducta, están convencidos, que ante esa realidad no pueden hacer nada. Sus expectativas de ausencia de control, tanto en el presente, como en el futuro, están profundamente justificadas, enraizadas y asumidas.
Esta situación les conduce a un escenario preocupante, por dos motivos:
- La expectativa de falta de control reduce la motivación para diseñar nuevas estrategias instrumentales, o formas de actuar dinámicas, creativas e innovadoras.
- Si en algún momento surge una iniciativa de cambio, el proceso oponente, de inmediato se hace con la situación y frustra el mínimo atisbo de escape.
Los dos males más graves de una situación de indefensión aprendida son:
a) Déficit de actividad y de actuación. Esta situación conduce a un déficit de aprendizaje. Este escenario produce personas pasivas, apáticas, aburridas y tristes.
b) Déficit atencional. Las personas prestan menos atención a sus actos, se mueven dentro de la rutina. Este déficit atencional conlleva la falta de estímulos para descubrir las diferentes alternativas, que le permitan interpretar de forma más fiable la realidad.
El trabajo de un coach ante una situación de indefensión aprendida es apasionante, titánico y paciente. Primero tiene que ayudar a descubrir la situación y luego seguir estando muy cerca para ayudarle a visionar, descubrir la misión y diseñar las estrategias y pautas de acción en tiempo, en modo y en forma.
La teoría de la atribución emocional de Weiner nos puede ayudar de forma precisa en este proceso de atribución causal: interna-externa, controlable-incontrolable y estable-inestable.
En una situación de indefensión aprendida la persona coloca el focus de control externamente. Todo lo que le acontece se debe a factores externos, ajenos a la propia persona.
Los ejemplos de estas situaciones, son fáciles de identificar: no encuentra trabajo debido a la crisis económica, perdió el puesto de trabajo porque tuvo mala suerte, no aprobó el examen porque era muy difícil.
La habilidad del coach está en ir realizando las preguntas adecuadas para que realice ese giro de 360º de forma voluntaria, tomando conciencia de los recursos que tiene en su poder, a pesar de las adversidades. Una vez que inicia este recorrido, estamos ante un proceso sin retorno, dado que los resultados van a ser tangibles a corto plazo.
Al tener centrado al coachee en su capacidad y en su esfuerzo, lo demás surge con facilidad. Al incrementarse su autoestima, confianza y seguridad, ya está en condiciones de asumir compromisos, superar obstáculos e ir en busca de metas retadoras, sin dejarse vencer por el estrés o por el aburrimiento.
El segundo gran reto está en la atribución que se hace de la causalidad, es decir, su estabilidad-inestabilidad. Esta dimensión se refiere a la fijeza o variabilidad con que se perciben los acontecimientos.
En este punto una vez más, la habilidad del coach está en ir realizando las preguntas que pongan en duda las atribuciones estables, es decir, que una situación se diera en un momento concreto, no significa que deba se ser así para siempre, evitar que lo sucesos se vean como algo fijo e inmutable.
Al tener en cuenta, que en las atribuciones inestables, las causas son percibidas como algo puntual, susceptible de variar con el tiempo. Ahí está la senda a la que debe de conducir el coach al coachee.
Para salir de la situación de indefensión aprendida, va a ser de vital importancia, las expectativas futuras sobre los resultados de nuestro comportamiento
A medida que en el proceso de coaching, el coachee vaya siendo dueño de su locus de control interno-externo, de la dualidad estabilidad-inestabilidad, el tercer factor controlable-incontrolable se afianza a favor del factor controlable, en este momento surge el escenario ideal para potenciar su talento, ser dueño de sus acciones, atribuir de forma personal sus éxitos y sus fracasos. Todas estas variables son las que le van ayudar a salir de la cárcel en la que está como rehén, virtud de su indefensa aprendida.
Este recorrido solamente se puede realizar con la maestría de un coach que habla con la fortaleza de su conocimiento, escucha con la paciencia de un sabio y pregunta con la curiosidad de un niño.