Triacastela
Capítulo del libro “De Roncesvalles a Compostela”
Abuelo y nieto retomaron el camino de Liñares a primera hora de la mañana; hasta el lugar de Hospital de la Condesa fueron comentando la belleza del paisaje y la importancia que tuvo el Cebreiro en el Camino a lo largo de la historia. En la bajada a Fonfría le dieron entrada a su tema diario, y como tenían pendiente hablar de la confianza consideraron que ese era un buen momento.
– Pedro, la confianza es un tesoro muy difícil de conseguir y muy fácil de perder. Es contagiosa y resbaladiza a la vez y de tus actitudes y habilidades va a depender que la afiances o que la pierdas.
– Abuelo, la confianza es fundamental en todas las facetas de la vida.
– Pedro, y además es la base del entendimiento.
Entre las actitudes personales que generan confianza podemos destacar la seriedad, el cumplimiento de los compromisos, la madurez personal, el sentido del deber, el espíritu de servicio, la profesionalidad, el compromiso, el entusiasmo, la iniciativa y la eficiencia.
– Abuelo, las fronteras entre algunas de las actitudes que me terminas de enumerar y las habilidades son bastantes permeables.
– Así es, Pedro, yo diría que son las dos a la vez.
En cuanto a las habilidades personales que generan confianza, Pedro, sobresalen de forma especial el escuchar, observar y preguntar de forma adecuada, tal como comentamos en jornadas anteriores.
La confianza no se predica ni se lleva en una pancarta. Pedro, se inspira y es capaz de transformar la indiferencia en satisfacción, la inseguridad en seguridad y la decepción en curiosidad. La confianza trabaja para ti de forma muy discreta y el premio es por partida doble, satisfacción personal y consecución de objetivos.
– Abuelo, la confianza va unida al mérito, necesita de su fortalecimiento diario a base del bien decir y del buen hacer.
– Así es, Pedro, lo defines de forma excelente.
Pedro, para centrar el tema de la confianza en nuestras profesiones es necesario que confluyan estos tres principios: ética, formación y entusiasmo, estas variables necesitan actuar de forma interrelacionada para conseguir la excelencia profesional. La misión que tienes encomendada no tiene que tener secretos para ti, además para estar actualizado necesitas estar formándote continuamente y por supuesto que nunca te falte el entusiasmo y la ética.
La tarea hecha con entusiasmo no cansa ni genera estrés, es capaz de convertir el trabajo en ocio y el ocio en trabajo.
– Abuelo, el entusiasmo hace que las personas disfruten continuamente de lo que hacen, se sientan seguras, realizadas y felices.
– Si van por separado esos tres factores, podemos encontrarnos con las siguientes situaciones:
Pedro, ¿qué acontece si tienes mucha formación sobre un tema y si no lo acompañas de la ética?
– Abuelo, que te puedes convertir fácilmente en un manipulador.
– Pedro, porque engañar se puede hacer una o dos veces, pero al realizarlo con más frecuencia el resultado previsto es la pérdida de confianza.
Pedro, ¿qué ocurre si tienes mucha ética y te falta la formación necesaria para realizar la tarea que tienes encomendada?
– Abuelo, pues que te conviertes en un pobre ingenuo.
– Pedro, eres esa persona que es todo voluntad pero con escaso conocimiento y por lo tanto el resultado una vez más vuelve a ser la pérdida de confianza.
Pedro, ¿qué acontece si no tienes ni el conocimiento preciso ni la ética necesaria?
– Abuelo, que eres un candidato seguro a perdedor y por supuesto mala persona.
– Pedro, ¿qué ocurre si juntas el conocimiento, la ética y el entusiasmo?
– Abuelo, que te conviertes en el profesional de referencia, es decir, en la persona que todas las empresas desean tener, porque con esa actuación estás cosechando un presente excelente y por supuesto un futuro mejor.
– Pedro, y la vida te será más fácil, los demás trabajarán para ti y te darán su confianza.
– Abuelo, a estas personas son a las que se les conoce como a auténticos ganadores.
– Pedro, en realidad se trata de que pongas tu conocimiento al servicio de los demás y que juegues siempre limpio en todas las facetas de tu vida. Ten en cuenta que solamente nos enriquece la generosidad, la humildad, el amor, la coherencia y la prudencia y nos empobrece la envidia, la avaricia, el egoísmo y la crítica.
– Abuelo, al poner en práctica estos valores la cosecha que recibimos es muy generosa, es decir, cuanto más damos más recibimos.
– Así es, Pedro, este intercambio funciona al revés del que se establece con los bienes materiales, porque éstos tienen la desgracia de ser escasos y finitos.
En Viduedo se sorprendieron ante las reducidas dimensiones de su iglesia y en As Pasantas se detuvieron un momento para rezar en la capilla de la Virgen de los Remedios, repusieron fuerzas y a media tarde llegaron a la villa de Triacastela con el tiempo justo para acceder a las últimas plazas que quedaban libres en su albergue.
– Pedro, en el siglo XIII, Alfonso IX quiso convertir a esta preciosa villa en una gran ciudad, pero la realidad es que se quedó en el intento.
– Abuelo, y mañana a Sarria.
– Pedro, nos vamos a desviar un momento para ir a visitar el monasterio de Samos.
Manuel Rivero Pérez
Profesor invitado UDC