“Que nos llevamos del Coaching al 2013″
Una cosa clara para quienes ponemos en nuestras tarjetas de presentación “Coach Ejecutivo y Personal” es que no se es coach por formación,se es por transformación.
Ayer tuve la oportunidad de hacer un largo paseo por la playa. El día soleado hacia que el mar estuviera en calma, me transmitió serenidad y este azul marino del mar mediterráneo me permitió conectar con el coaching, con mi mundo de sueños y con esta sociedad febril que tantas preocupaciones nos trae. Y recibí un regalo.
Se me acercó una persona necesitada de conversación y parece que le atrajo mi sonrisa y mirada hacia lo que estaba observando y sintiendo y me dijo algo impactante, que deseo compartir contigo lector, algo que me hizo pensar y escribir este artículo: ”Señora, usted es bella porque transmite energía positiva y sabiduría. La he visto cómo observa las cosas y está atenta de lo que pasa a su alrededor; quienes se le han acercado los ha atendido con una sonrisa, ha tenido tiempo de escuchar a quienes le han preguntado algo. Me ha sorprendido verla sentada con los pies pegados a la arena y los demás se han acercado a usted por algo, como si fuera un imán en medio de la nada. Usted es especial, por eso he querido saludarla”.
Después de unos minutos de conversación con ella me apuntó algo que ya sabía en mi interior pero el escucharlo desde otra voz resonó en mí de otra forma. Esta persona me dijo: ”Por ahí dicen que el fin del mundo vendrá el 21 de Diciembre de este año 2012. El significado de esto es que llega a su fin la transformación materialista del mundo y se inicia la transformación humanista. Seguro que uested, señora, algo hará ahí.”…. y a los pocos minutos se fue hacia el camino del que venía.
No tenía ningún distintivo que pusiera que soy coach y, sin embargo, parece que esta persona me caló, cierto es que si le hubiera articulado la palabra coach o coaching quizá no hubiera sabido lo que hacía o … quizá sí!.
Si hay algo que define esta profesión, es que el coach tiene que ser coach y no sólo actuar como coach. El aprendizaje del coaching no tiene tanto que ver con la acumulación de conocimientos como con la interiorización de habilidades. Habilidades fundamentadas en la aceptación del otro y cómo relacionarse con los demás.
Hacer coaching no es un proceso mecánico en el que se aplican unas herramientas sin más. Para situarse frente a un cliente, el coach tiene que asumir unas determinadas creencias, manifestadas en unas actitudes y mostradas en unos comportamientos. Hablaríamos de la habilidades actitudinales propias que el coach utiliza para gestionarse a si mismo ante el cliente y abordar la relación de coaching. Lo que la experiencia me dice es que sin la aplicación de estos recursos internos es difícil que el coach pueda cumplir con su objetivo de acompañamiento retador e imparcial.
Pon atención verdadera en tu kit de recursos internos.
? Acompañar. Estate presente en el “aquí y ahora” de la conversación con el cliente y sé un espejo para él.
? No enjuiciar. Acepta sus esquemas, pensamientos o visiones del mundo, pero cuestiónalos desde la utilidad que tienen para él.
? Confiar. Parte de que el cliente es una persona completa, llena de recursos y creativa para reforzar su sentido de logro y compromiso de cambio.
? Atribuir valor. Tu papel es facilitar el cambio a nuevas creencias y acciones coherentes para el cliente que le permita alcanzar sus metas o nuevos planteamientos.
? Focalizarse en el proceso. Lo importante es centrarse en cómo el cliente se está relacionando con su problema o tema a trabajar.
? Otorgar protagonismo. Cede el protagonismo del coaching al cliente porque es él el que está aprendiendo, es su territorio y es su problema o tema.
? Autorevisarse. En cada una de tus intervenciones con el cliente.
También recuerda de llevarte hacia el 2013 al menos estas herramientas para el proceso y que te listo a continuación.
? Garantizar la confidencialidad.
? Generar confianza.
? Sintonizar o danzar con el cliente.
? Facilitar el aprendizaje para exponer, explorar y desarrollar.
? Dialogar para ampliar su campo de acción.
? Saber escuchar en 3D: a uno mismo, al otro, al entorno.
? Preguntar para desvelar señales y salir de su zona de confort.
? Silenciar para dar espacio a la reflexión.
? Cuestionar para provocar e imaginar más allá de lo esperado.
? Favorecer permisos para propiciar cambios de verdad.
? Cambiar la perspectiva para indagar nuevos patrones de respuesta.
? Retar a nuevas posibilidades desde este nuevo paradigma.
? Mover hacia el futuro.
? Acordar compromisos y ser testigo de ellos.
A lo mejor puedes estar pensando que todo esto ya lo tienes cargado en tu mochila para la caminata del 2013, quizá si o quizá no. Pero una cosa es llevarlo en la mochila y conocer que así es, y la otra es tenerlo y saberlo orquestar en tus sesiones de coaching con tus clientes como en tu gran sesión de coaching con tu vida.
Cuando me fui de la playa, de vuelta a mi ciudad, tome conciencia que la profesión del coach es de una absoluta responsabilidad con uno mismo, con la persona que acompañas y de compromiso con los demás, las empresas y la sociedad. La figura del coach, además de verlo como una profesión en la que podernos desarrollar en empresas y particulares, es una vocación a partir de la cual entregar parte de nosotros mismos al servicio de los demás y contribuir socialmente a un mundo mejor. Lo visualizo como devolver parte de nuestro legado al servicio de los demás.
Si el 22 de diciembre del 2012 se inicia un cambio de ciclo, nosotros como coaches tenemos un rol importante en esta transformación humanista que se avecina. Pongamos una intención cada uno en nuestro árbol de navidad para ser mejores coaches cada día, coaches de verdad.
Bienvenido 2013. Bienvenidos coaches en 2013.