PNL, la terapia contra la tristeza
Estudios de la Universidad de Esexx identificaron la actitud de pesimismo y optimismo con el gen responsable de transportar la serotonina, un neurotransmisor que se asocia con las sensaciones de felicidad y bienestar. Las variaciones que cada ser humano presente en este gen podrían ser las causantes de que una persona encare las cosas con optimismo o pesimismo.
Ya hemos hablado del coaching como método para alcanzar nuestras metas, ¿pero qué ocurre cuando el problema es nuestra actitud y conducta? En ese caso, nosotros somos nuestro peor enemigo. Para ello, existen terapias como la PNL o Programación Neurolingüistica.
La Programación Neurolingüística y el difícil reto de cambiar nuestra conducta
El concepto de PNL hace referencia a aquellas percepciones sensoriales que condicionan nuestras emociones, pero también al lenguaje verbal y no verbal, con el que nos comunicamos con nosotros mismos y con las demás personas. Se basa en tres elementos que caracterizan el comportamiento humano: el sistema nervioso, la conducta y el lenguaje verbal y no verbal.
A través de ejercicios específicos, la Programación Neurolingüística consigue corregir las actitudes que actúan de barrera a la hora de conseguir nuestras metas profesionales y personales. Estas barreras forman parte de un mapa personal que se forma a lo largo de nuestra vida, pero mayormente en la infancia. Es un aprendizaje muy arraigado, que pensamos que no podremos cambiar pero con terapias como la PNL, sí es posible.
Cambiar está en nuestras manos, pero debemos enfocar ese cambio desde el interior de nuestro ser. Sólo así aprenderemos a proyectar una imagen positiva y optimista hacia los demás y seremos capaces de alcanzar la felicidad.
Complementos al PNL: el coaching grupal y la psicología de la felicidad
El PNL puede complementarse con un tipo específico de psicología, la llamada psicología de la felicidad, en la que se recomienda implantar en nuestra vida una serie de hábitos, como el hecho de sonreír cada mañana, practicar ejercicios de relajación como el yoga, calmarnos mediante ejercicios de respiración o ser capaces de perdonar.
Como complemento, el PNL puede fusionarse con el coaching. Mediante técnicas de coaching en PNL, el profesional o coach potencia nuestras habilidades al mismo tiempo que nos ayuda a combatir los miedos. Es algo que se puede aplicar tanto a nivel individual como en el caso de grupos de trabajo.
El coach en PNL es el encargado de ayudar a sus pacientes a que se enfrenten a sus miedos, que vean más allá de ellos y consigan tener una visión objetiva de la realidad. El fin es que la persona tenga una actitud positiva a lo largo de su proceso de crecimiento, sea consciente de los cambios y deje atrás las barreras que le impiden desarrollarse personal y profesionalmente. El coach será el encargado de escucharle y guiarle, desde la raíz del problema hasta la solución.
Fuente: Iberestudios
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