Mitos y leyendas del coaching de equipos en la empresa
Por Josep Gendra.
Recientemente he tenido el placer y la satisfacción de finalizar el entrenamiento para la Certificación de Coaches de Equipos por ICC en modalidad presencial. Con este artículo, quisiera presentar no sólo mi experiencia, sino también mis “desaprendizajes “primero y mis aprendizajes después, por lo que respecta a la práctica del Arte del Coaching de Equipos en las Organizaciones.
Las ideas –mitos y leyendas- las iré desgranando en forma de preguntas, a modo de reto para los queridos lectores y seguidores del Observatorio Europeo del Coaching.
A. El Mito de creer que “la información es poder”, ¿cómo afecta esta creencia al liderazgo y al equipo?
Uno de los aspectos más importantes cuando se trabaja con un equipo como coach y en un equipo como líder es el de la comunicación, entendida como aprendizaje e intercambio de ideas. Su fluidez llega a través de la libre expresión y la escucha activa. Inexorablemente, todo ello lleva al equipo a la co-creación, a la innovación y a la confianza mutua para alcanzar su/-s objetivo/-s. En este sentido, el reto del líder consiste en modificar la creencia[1] de que “la información es poder”, cambio que resulta aún más importante cuando se trabaja en equipos multidisciplinares. En primer lugar, el líder ha de variar esa creencia en sí mismo para poder luego saber trasladarlo a los miembros del equipo.
Según he aprendido, existen dos posibles vías para conseguir ese cambio de creencia, a menudo limitante para el líder y para el equipo. Ambas vías no son excluyentes:
– Sesiones de Coaching Individual con el líder para que éste alcance sus objetivos de mejora en comunicación y mejora en escucha. Ni qué decir tiene que he “desaprendido” el hecho de dar formación al líder para pasar a ofrecerle un proceso de coaching a través del cual pueda transformar su actual paradigma.
– Preparar el Discurso del Cambio, mediante el cual el líder abrirá el proceso de las sesiones de coaching de equipos en base a tres premisas valiosísimas:
1. Una introducción en que relate el pasado heroico de la empresa y del equipo en cuestión.
2. Un nudo que muestre al equipo las amenazas del entorno, los puntos de mejora de la propia empresa y los aspectos necesarios para el cambio.
3. Un desenlace en el cual el líder retará al equipo desafiando a cada unos de sus miembros. De ese modo, cada integrante podrá alcanzar su mayor grado de eficiencia y excelencia dentro del grupo para con ello conseguir el objetivo propuesto y generar el cambio.
Como conclusión al mito de la “información es poder”, me gustaría añadir que la comunicación así entendida genera confianza, crea transparencia y añade un ingrediente esencial en el coaching de equipos: garantizar el cumplimiento de los compromisos.
B. El Mito de pensar que “no saben, no son capaces”, ¿qué sucede en las organizaciones donde impera esta leyenda?
Para ilustrar este segundo mito, permítanme que les cuente una breve historia que deliberadamente he resumido por cuestión de espacio y que puede servir como metáfora:
“Cuenta la leyenda que un rey de un lejano país recibió de un monarca vecino el regalo de dos halcones. Uno volaba perfectamente, el otro, en cambio, no se movía de la rama del árbol sobre la que se había posado. El rey, preocupado, llamó a los más famosos cetreros del reino para que entrenaran al halcón que no volaba. Todos fracasaron en su intento. Pasaron las semanas y el rey retó entonces a sus nobles. También fracasaron. Un día, un humilde campesino se presentó ante el rey y le dijo que quería probar suerte. El rey, incrédulo, pero desesperado, le dio permiso.
A la mañana siguiente, el monarca contempló desde su propia alcoba cómo el halcón volaba de forma excelente. Sorprendido y, al mismo tiempo agradecido llamó al campesino y le dijo:
-Cuéntame campesino, ¿cómo has conseguido tan ilustre hazaña? ¿Acaso eres un mago o un genio? ¿Tal vez has hecho brujería?
A lo que el campesino respondió lacónicamente:
-No Majestad, no soy mago ni brujo ni un genio… Simplemente corté la rama donde se posaba el halcón… y el pájaro echó a volar.”
Con esta metáfora quiero confesar e ilustrar mi “desaprendizaje”: “un equipo sí es capaz de crecer sin depender de un líder o de un integrante del grupo o de cualquier otro individuo.” Y ahora sé además que el equipo será tan débil como el más débil de sus miembros, pero también tan fuerte como el más fuerte de entre ellos.
Como coach he aprendido a ser capaz de tener una visión holística del equipo y a reconocer la rama donde se posan, aquella que les impide volar. Esto me ha permitido acompañar al líder en el aprendizaje que propicia el cambio: la toma de conciencia de qué rama se debe cortar para que su equipo eche a volar.
Como conclusión, quisiera añadir que esto sólo se consigue si el coach es capaz de llegar a formar parte del equipo como “jugador”, lo cual se alcanza básicamente a través de tres herramientas:
- Sabiendo estar presente dentro y fuera del equipo cuando es preciso.
- Practicando el zoom cuando el equipo lo necesita.
- Pre-encuadrando, encuadrando y re-encuadrando cuando sea necesario.
No quisiera terminar esta primera parte del artículo sin mi agradecimiento a los lectores del Observatorio Europeo del Coaching y a mis maestros, recordando una frase de Joseph O’Connor que escuché en persona en el mentado entrenamiento de coaches de equipo en mayo de 2013: “Coaching the We!”.
Un verdadero canto a la sabiduría, la humildad, la sinergia y el buen humor de que hace gala no sólo el maestro O’Connor sino también mi querido amigo y maestro Daniel Álvarez.
[1] “…limpiar sus sistemas de creencias personales constituye una parte central de todo programa de desarrollo personal…” J.O’Connor & J.Seymour en “PNL para Formadores” 1996 Ed. Urano.