Los 3 pasos para que pensar no te salga caro
Proyectar (pensar en el futuro) es la gran ventaja competitiva del ser humano. Soñar, planificar y diseñar tu futuro es una fabulosa capacidad. Eso sí, tiene su precio.
Puedes fijarte en lo que sientes las veces que llevas esa capacidad demasiado lejos: Cuando piensas demasiado te sientes confuso. Te has metido en el fango. Tu presente se contamina de lo que llamamos «pensar mal».
Si tienes que proyectar algo, te propongo tres claves para «pensar bien»:
1. Recuerda que pensar no es gratis: pensar bien te llena de energía, pero hacerlo mal te consume.
Tu mente sabe bien cuándo tiene sentido lo que estás proyectando: te enviará una sensación de plenitud. En caso contrario, será una señal desagradable. Forma parte del tradicional mecanismo dolor-placer llevado al plano de la intuición.
2. Elegir la mejor perspectiva es la clave.
Existe la creencia de que si quieres conseguir una buena solución tienes que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. No es verdad, y puede llegar a ser contraproducente.
Por ejemplo, cuando un emprendedor está pensando en publicitar su producto, suele pensar en las diferentes alternativas, costes, la forma de explicarse, a quién preguntar,… Muchas cosas que valorar. Cansa sólo de pensarlo.
La alternativa a este «camino duro» es lograr una buena perspectiva para obtener una solución eficaz. Por ejemplo: «¿Cómo le gustaría a mi cliente conocer el producto que le cambiará la vida?».
La perspectiva es un fogonazo, una imagen, una intuición poderosa. Si creamos una larga cadena de razonamientos, corremos el riesgo de perdernos en el camino o de no tener en cuenta detalles importantes. Por otro lado, la esforzada retahíla de pensamientos nos distrae de alternativas innovadoras.
Mientras no tengamos la imagen clara de lo que deseamos, no empecemos con los detalles.
3. Piensa, pero hasta el punto adecuado.
Llega un momento en que es mejor no seguir proyectando, sino elegir una de estas dos opciones:
A. Pensar con la acción: ¿Ya has descubierto cuál es el primer paso? Eso puede ser exactamente lo que necesitas. Las primeras acciones te darán más información para que puedas seguir pensando bien.Si no aciertas a la primera, estará bien. La prueba-error es la principal estrategia de la investigación científica.
B. Pensar con otro/a: ¿Te has dado cuenta de quién es la persona que puede completar tu visión? Sigue pensando con ella. Una conversación con la persona adecuada es un poderoso recurso para pensar bien.