Descubre el proceso «oponente» en una sesión de coaching
El proceso oponente, viene a ser como el enemigo interno, que te empieza a dar órdenes y buscar justificaciones, para que desistas del proyecto inicial. En realidad se dedica a restarle fuerza a ese proyecto que comienzas con mucha ilusión, para ralentizarlo y a continuación superarlo. Su misión es la de llevarte de nuevo a la situación previa.
En una sesión de coaching es muy importante que las metas, los procesos, las tareas estén muy bien diseñadas y comenzar de inmediato, tener un feedback positivo, así este primer impulso, al tener todo el proceso tan bien estructurado, impide que el proceso oponente entre en acción, genere dudas y reste importancia al proceso primario.
¿Cómo podemos relacionar los procesos emocionales primarios y oponentes con las sesiones de coaching?
En primer lugar ante la aparición del desencadenate, en este caso sería la primera sesión de coaching, se producirá un rápido inicio del proceso emocional primario, que podemos asociar con las expectativas del coachee puestas en el proceso de coaching, de ahí la importancia de:
- Establecer metas, estas deben de ser: específicas, importantes, realistas, retadoras, medibles, factibles, establecerse en un marco temporales, planificadas, con recursos suficientes, soportadas en valores y con una gran carga emocional positiva.
- Establecer las primeras tareas, en ese sentido, es fundamental que las primeras tareas, marquen el inicio, de forma tangible hacia la meta establecida. Es muy importante empezar pronto, por tareas sencillas y con tiempos interrespuesta cortos. La demora en el inicio de las mismas, resta recursos al proceso emocional primario, generando oportunidades al proceso oponente para que entre en acción. La persona que abandona una tarea antes de empezar, generalmente, se debe a que no estaba preparada para acometer el reto al que se habían comprometido.
Tenemos que tener en cuenta que las reacciones emocionales cambian con la experiencia, por lo tanto, si no se acierta en estos dos hitos fundamentales: establecimiento de metas y primeras tareas a llevar acabo, estamos alimentando el proceso oponente.
A medida que pasa el tiempo y no se avanza, se resta efecto al proceso emocional primario que es el motor del proceso de coaching. El fortalecimiento del proceso oponente, se debe en primer lugar a que iguala en fuerza al proceso primario, a continuación le supera y finalmente el coachee, acaba disistiendo del intento, justificando su decisión.
Es muy importante que el coachee esté preparado y mentalizado para realizar el proceso, sino de lo contrario, a la hora de reportar feedback al coach de sus primeras tareas, surgen las excusas del tipo: “no tengo tiempo”, “estoy muy liado”, “lo voy a intentar”, “estuve enfermo”. Todos estos indicadores son el preaviso del abandono del proceso de coaching por parte del coachee.
Su desistimiento, obedece principalmente:
a) Falta de preparación para iniciar el proceso, es decir, inmadurez.
b) Establecimiento de metas desestructuradas.
c) Fallo en el diseño de las tareas, principalmente en lo referente su grado de dificultad en el inicio y a su periodo de realización.
Estos resultados negativos suelen ser atribuidos al proceso de coaching, es decir, a causas externas, aunque las excusas son de tipo personal.
El coachee, también puede atribuir el desistimiento, a causas internas, cuando en sus argumentos afloran expresiones del tipo: “esto no es para mí”, “no tengo la fuerza ni el talento para llevarlo a cabo”. Esta dinámica le puede conducir a una situación de indefensión aprendida, cuyas consecuencias más graves, conllevan tres déficits: actividad, atención y aprendizaje.
El proceso oponente, en este caso, serían las justificaciones para no continuar en la dirección marcada en la sesión de coaching, gana en fuerza y acaba por minimizar, en primer lugar los efectos positivos del proceso primario, hasta diluirlos y olvidarlos.
El mecanismo de feedback funciona a la perfección y al no conseguir resultados tangibles, el proceso oponente cuenta con las justificaciones necesarias para situarse de nuevo en la situación previa al proceso de coaching.
La fuerza del proceso primario no fue sufiente para que el coachee considerara necesario cambiar de vía para llegar al destino marcado y prefirió continuar en la senda en la que se encontraba antes del proceso de coaching. Aquí funciona la sabiduría del refrán popular cuando dice “ más vale malo conocido que bueno por conocer”.
En el proceso oponente encontramos las claves mentales de parte del éxito y del fracaso de los procesos de coaching, sus causas y sus consecuencias. Animo a los coachs a estudiarlo con detenimiento y a ponerlo en práctica. Estamo ante una herramienta básica, que nos hace crecer como coachs, aporta valor y dignifica nuestra profesión.
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