Coaching para la gestión del estado. La perspectiva energética
En ocasiones nos encontramos con que nuestro cliente tiene la intención consciente de iniciar un cambio. Sin embargo, varios obstáculos pueden interponerse en su camino. Uno de ellos son las creencias que lo mantienen anclado en el estado no deseado (no soy capaz, no es posible, no lo merezco, no me lo permito, si lo consigo dejaré de ser yo).
Estas creencias no siempre operan a un nivel consciente, por lo que identificarlas y “torearlas” resulta complejo.
Ocurre a veces que, cuando el cliente se proyecta en el estado deseado, experimenta reacciones fisiológicas que no están en consonancia con su intención.
Cierto tipo de tensión, de ansiedad. Quizás un nudo en la garganta o mariposas en el estómago. Es evidente que algo le asusta o le preocupa cuando se plantea solucionar su problema o conseguir su objetivo. Algún tipo de creencia inconsciente está impidiendo que su desempeño sea óptimo, algo se resiste y, tarde o temprano, habrá de enfrentarse a ello durante la sesión de coaching.
Hay quien opina que debemos aprender a manejar ese estado de ansiedad, familiarizarnos con él y ofrecer lo mejor de nosotros a pesar de ello. Los músicos, actores y oradores profesionales están acostumbrados a lidiar con ese “subidón” que suelen etiquetar como “nivel de activación”. Pero la mayoría de ellos estarían de acuerdo en que ese no es el estado óptimo de desempeño, y, si pudieran elegir, muy probablemente elegirían la relajación. Pero, ¿es posible esta relajación?
En psicología existe un término denominado reverso psicológico. Este se manifiesta cuando tendemos hacia lo que estamos intentando evitar, es decir, los esfuerzos por cambiar una situación producen el resultado contrario al que se busca. No se trata de que el cliente carezca de motivación, simplemente hay otros factores que interfieren con su intención consciente.
En la situación de reverso psicológico hay un conflicto. Conscientemente nos identificamos con un esquema psicológico mientras que otro esquema, en conflicto con el primero, está operando fuera de nuestro control. Este segundo esquema está codificado a nivel profundo no sólo cognitivamente, sino también energéticamente. Si nuestra acción es coherente con ese esquema, nuestras energías funcionan de manera óptima y apoyan nuestras decisiones, pero si hay conflicto, la eficacia está comprometida. (1)
En este caso, iniciar un cambio es perjudicial para la homeostasis de todas las energías del cuerpo, que conspiran para apoyar y mantener las soluciones antaño establecidas aunque a la persona ya no le sean útiles. Cuando la mente consciente dice “quiero hacer un cambio”, el sistema energético encargado de mantener los patrones establecidos se pone inmediatamente alerta. Este sistema está gobernado por el triple calentador.
El triple calentador es un meridiano que controla la activación del sistema inmune, la respuesta de lucha o huida, y la respuesta habitual al estrés o a una amenaza. Su propósito principal es la supervivencia. Para conseguirlo, es capaz de movilizar todas las energías del cuerpo, todos los órganos, todos los sistemas (a excepción del corazón).
Al triple calentador no le preocupa tu felicidad, tu sentido de la realización o tu búsqueda de significado. Su único cometido es mantenerte a salvo.
Cuando es amenazado, el triple calentador puede tomar el control de tu ánimo, combatir tu voluntad, incluso hacer que te olvides de lo que estabas totalmente decidido a conseguir. La cuestión es, ¿qué supone una amenaza para el triple calentador? ¿Qué tipo de estímulos desencadenan la respuesta de estrés? Desgraciadamente, muchos más de los que desearíamos. El efecto de generalización hace que determinados estímulos, no peligrosos sean interpretados por el TC como amenazantes. Quizás lo fueron en algún momento y ya no lo sean, pero nuestro TC no lo ha aprendido y hace su trabajo: reaccionar.
Así que tenemos, por un lado, una reacción fisiológica que enmascara una creencia limitante. Esta creencia forma parte de un esquema cognitivo que perfila la naturaleza de nuestra experiencia (qué información asimilamos, cómo actuamos, qué sentimos ante determinados estímulos, qué es posible para nosotros, etc…). Este esquema, a veces inconsciente, también está codificado energéticamente y tiene el propósito de mantener el equilibrio del sistema. Cualquier decisión o acción que no sea coherente con este esquema resulta amenazante, así que el cuerpo hará lo que considere necesario para evitar que el cambio se produzca.
Por todo ello, más nos vale iluminar y reconocer estos mecanismos inconscientes para que dejen de estar a la defensiva. Hacerlo es posible y fácil. La Psicología Energética nos ofrece una serie de herramientas que nos permiten reeducar nuestro sistema para que sea coherente con nuestras intenciones conscientes. Las prácticas que la integran tienen el propósito de cambiar de forma deliberada las moléculas de la emoción. ¿Cómo? Determinados puntos de tu piel envían señales electroquímicas directamente a tu cerebro. Si al mismo tiempo activas el “estado problema”, o la emoción no deseada, puedes cambiar la respuesta de tu cerebro ante una situación. Pero no sólo es útil para invertir una respuesta de ansiedad ante determinadas circunstancias o pensamientos, sino que también nos permite crear el “estado deseado”, es decir, es una herramienta básica para aquellas personas que necesiten controlar su estado con el fin de poder rendir de manera óptima en su vida personal o profesional.
Desde mi punto de vista, este es el eslabón perdido que puede hacer que tu coaching sea mucho más eficaz. Puedes conseguir resultados sorprendentes en una sola sesión.
(1) Cuando hablo de energías me refiero concretamente al sistema de meridianos que, como el lector quizás sepa, son las vías de “circulación energética”. Los meridianos afectan a cada órgano y a cada sistema fisiológico, incluido el sistema inmune, nervioso, endocrino, circulatorio, respiratorio, digestivo, esquelético, muscular y linfático. Si uno de estos canales se obstruye, el sistema u órgano conectado con ese canal resulta afectado.
Carmen Sicilia.
Coach en Salón Integral de Coaching.
www.salonintegraldecoaching.com