Vivir y morir. La última puerta a nuevas intuiciones
¿Cuántos amaneceres te quedan? ¿Cuántas vacaciones en la playa? ¿Cuántos viajes? ¿Cuántos besos a tu hija o a tu pareja? ¿Cuántos abrazos a tus padres?
Entiendo perfectamente las sensaciones que te asaltan. ¿Algo así como miedo a morir y deseo de vivir, todo a la vez? ¿O, quizás, alternativamente? A mí me pasa lo mismo. La muerte es uno de los conceptos más inquietantes y poderosos para el ser humano, el desafío definitivo para comprender la vida.
Lo cierto es que muchas personas evitarán leer este artículo por hablar de la muerte. Otras tal vez se sientan atraídas…, son los eternos buscadores.
Morir es un hecho igual de cierto y natural que vivir. Objetivamente, ambos procesos son complementarios y beneficiosos. Sin embargo, les asignamos una valoración absolutamente opuesta: vivir es la luz y morir, la oscuridad.
Todos vamos a morir. ¿Quiere decir eso que la historia acaba mal? En las películas e historias de nuestra cultura casi siempre la respuesta es sí.
Si te fijas, en general nuestra cultura basa su visión de la realidad en la polaridad entre Vida y Muerte. ¿No es interesante ser consciente de esto?
Del mismo modo que cada atardecer supone un día más que hemos vivido, cada día que pasa, avanzamos de forma natural hacia la muerte. Sin embargo, hablamos mucho de vivir y poco de morir.
¿Debemos evitar pensar en la muerte para poder vivir? ¿Debemos asumir que la muerte es algo negativo? ¿Es eso vivir conscientemente?
La ambición de vivir eternamente es sencillamente ineficaz, por no decir destructiva (aunque bien intencionada). Sí, entiendo que quieres estar aquí para siempre, pero ¿no es más sano conseguir una perspectiva realista para construir nuestra realidad?
Pensándolo bien, es difícil comprender y apreciar la vida sin integrar y comprender la muerte. La religión soluciona esto y da un sentido a la muerte, pero en nuestro mundo occidental en que predomina lo agnóstico, ¿cómo le damos significado?
Desde mi punto de vista, en el fondo recorremos nuestra vida transformando lo que la muerte significa para nosotros. Creo que cada uno de los cambios que se producen en nuestra etapa vital coincide con una nueva comprensión o creencia de en qué consiste morir. Algo de lo que hablamos tan poco y que es tan importante como la muerte se convierte en una cuestión central para nuestra evolución como seres humanos.
Fíjate en qué sensaciones te producen estas frases:
«¿Qué quieres que ponga en tu epitafio?» «¿Cómo te gustaría que te recordaran?» «¿Quién crees que asistirá a tu entierro?» «¿Qué harías si te quedaran dos meses de vida?».
Está claro que detrás de la muerte hay una puerta a nuevas comprensiones de la realidad. ¿Podemos prescindir de un hecho tan relevante quienes buscamos denodadamente el desarrollo personal?
Carlos Castaneda decía: “No olvides que la muerte se esconde unos metros por detrás de tu hombro izquierdo…” ¿Qué te sugiere esta frase?