Siento, luego existo… gracias al Camino de Santiago
Fue en el año 2007 cuando me marché por primera vez al Camino de Santiago. Hacía tiempo que escuchaba hablar a la gente de mis círculos sobre el Camino y sentía mucha curiosidad.
Fui acompañada y empezamos el Camino en Roncesvalles. Por una parte lo que nos motivaba era la curiosidad y la aventura, y por otra una forma de conocer poco a poco la historia sobre el Camino, los pueblos, las leyendas sobre los Templarios, los milagros y misterios, catedrales, capillas, etc.
Aquel año no pudimos terminar por falta de tiempo pero mantuve en mi mente la idea de terminarlo algún año. Así que en septiembre del 2012 decidí retomar el Camino donde lo dejé y terminarlo sola. No volví sólo por intentar terminarlo, mi motivación principal fue que necesitaba estar sola en el Camino para reencontrarme.
Recopilando algunos testimonios de los peregrinos que he podido conocer hasta ahora, y con los que he caminado y compartido muchos momentos inolvidables, he podido saber que cada uno llevaba su propia motivación para empezar el Camino:
“Quería realizar un poco de ejercicio y al mismo tiempo conocer a gente, pueblos, arquitectura, leyendas, historia… y también necesitaba un tiempo para pensar” (Francisco Rosa, Madrid)
“Buscaba una experiencia que me sirviera para comenzar una nueva fase de mi vida” (Iñaki Urzelai, San Sebastián)
“Tenía 18 años y buscaba un poco de aventura” (Diego Morante, Madrid)
“Quería practicar un deporte seguro y despejar mi mente” (Michael Kemmeries, Hamburgo, Alemania)
“Tengo un trabajo muy estresante y necesitaba tiempo para mí. Quería relajar mi cuerpo” (Roland Jordan, Münster, Alemania)
“Quería romper con mi pasado y comenzar un nuevo camino en mi vida, y por hacer algo simbólico por este cambio de vida. En el fondo iba buscando un reencuentro conmigo mismo” (David Herranz, Madrid).
Alguna vez habréis podido escuchar o leído, que hacer el Camino y vivir esta experiencia cambia a las personas de manera positiva y que llegan a sus hogares llenos de historias, con una gran sonrisa y ojos chispeantes. Yo os aseguro, y los testimonios también lo confirman, que cuando terminamos el Camino sea donde sea, no somos la misma persona que empezó, y que aquellas motivaciones o expectativas que teníamos antes de empezar, desaparecen desde la primera etapa, descubriendo algo más profundo.
Entonces….
¿Qué tiene el Camino de Santiago para que las personas experimenten un desarrollo personal? ¿Qué desarrollos?
¿Es tan misterioso como dicen?
¿Por qué mantenemos un recuerdo tan especial y profundo los peregrinos sobre el Camino?