El maestro coach: primero acompasa y después lidera.
Cuando los delfines viajan en grupo y alguna cría se separa del resto, todos ellos acuden en su búsqueda. Una vez que alcanzan a la cría perdida, lejos de increparla para volver a la formación, imitan sus movimientos y siguen su camino. Cuando el grupo está en sintonía, los delfines más veteranos descienden en el mar e intuitivamente el resto, incluida la cría, se deja llevar y sigue el camino que estos le marcan, recuperando de nuevo, todos unidos, el rumbo hacia su destino.
Una de las herramientas más utilizadas de la PNL en procesos de coaching personal y educativo es el acompasamiento y liderazgo. Se trata de una forma de generar «rapport» con las personas para crear sintonía, produciéndose un momento mágico, en el que ambos parecen bailar al unísono, adoptando la misma postura y generando un clima de confianza y entendimiento entre ambas partes.
El maestro coach genera rapport con sus alumnos de forma natural. En los años que llevo trabajando como orientador escolar he observado distintos estilos de liderazgo por parte de los profesores. Mientras que unos se quejan de que sus alumnos no hacen nada de lo que se les pide, otros ?atónitos? se preguntan si se trata de los mismos alumnos, puesto que a ellos les muestran entusiasmo tanto en las clases como en los trabajos que realizan.
La situación tiene mucho que ver con la coyuntura económica actual. Si pedimos un crédito al banco lo primero que comprobarán es el saldo de nuestra cuenta y de ello dependerá la decisión que tomen. Si nuestro balance es superior a 10 millones de euros, no existe problema alguno, crédito concedido al instante. El problema viene cuando el saldo es escaso o incluso negativo, en ese caso los bancos deniegan cualquier petición que realicemos.
La escuela es un reflejo de nuestra sociedad y nuestros alumnos comienzan pronto a actuar como banqueros. Existen profesores que empatizan con sus alumnos de tal forma que estos los siguen allá donde los lleven, puesto que confían y respetan a la persona que marca el camino, mientras que otros parecen no tener crédito alguno con sus alumnos y no importa lo que pidan; lo único que encontrarán es apatía o incluso rebeldía.
Los profesores más exitosos son aquellos que parten de la educación emocional, sabedores de que antes de que los alumnos se interesen por lo que el profesor sabe, necesitan saber que le preocupan. Una vez que se acoplan al grupo, son capaces de dirigirlos desde dentro, valiéndose de una autoridad humilde.
Por otro lado, tenemos a los profesores con la cuenta corriente afectiva en números rojos, aquellos que fomentan la obligación en lugar del compromiso. En ocasiones nos enamoramos de la influencia del poder, sin darnos cuenta de que en el aula es mucho más efectivo el poder de la influencia.
¿Somos conscientes de lo lejos que podemos hacer llegar a un grupo cuando ejercemos el acompasamiento y liderazgo?