Coaching Integral para Emprender 2.0
En el trabajo con aquellas personas que comienzan su transición de empleado a emprendedor empleamos una metodología que sintetizamos con el nombre de Coaching Orientado a Resultados (o CORe Coaching[1]) ya que aúna una globalidad de intervenciones que el cliente, el Emprendedor, puede acometer de manera simultánea.
El objetivo como coaches es así incrementar el máximo número de acciones que aquel puede asumir por sí mismo e identificar áreas en las que puede ser responsable también, en gran medida, del resultado. Por ejemplo, un emprendedor puede prepararse magistralmente una presentación para asistir a rondas de financiación con inversores y realizar en ellas una labor excepcional. Sin embargo, la decisión última de invertir en su proyecto quedará en manos de ese comité de inversores. Nuestro emprendedor colaborará lo mejor que sepa y pueda con ese comité, si bien no necesariamente podrá controlar la decisión de este de llevar adelante la inversión. Nuestro emprendedor se hace así responsable de lo que él puede hacer y del resultado que él anticipa como más probable… el cual, una vez que se materialice, no necesariamente ha de ser el mismo que originalmente preveía. A veces, este resultado es, aun inesperado, mejor.
El propósito del Emprendedor 2.0 es por tanto colaborar, cooperar con (no optar a controlar) el entorno, su ‘Universo’, para lo cual incidiremos en el core (él mismo), que es de donde emanan las decisiones que adoptará con el fin de impactar en ese entorno y acercarse gradualmente a sus metas.
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Usted y yo conocemos muchas personas cuyos sueños se hicieron realidad a partir simplemente de comenzar imaginándolos. De igual modo, en su propia trayectoria vital, sin duda, hay logros que está plenamente orgulloso de haber conseguido. Y, posiblemente, incluso esos logros le sucedieran una vez que había desistido de alcanzarlos, tras haber invertido incontables energías y esfuerzos en materializarlos. A veces, podría parecer como si persiguiéramos a la propia sombra: uno nunca la alcanza pero, si nos intentáramos alejar de ella, nos seguiría.
Es peculiar este Universo nuestro: podemos pedirle un qué (un deseo, un sueño) y co-laborar con él para tangibilizarlo. Sin embargo, el cuándo y el cómo eso se consigue quizás sea en última instancia una decisión de ese Universo.
El rol del coach, pues, incluirá necesariamente que el Emprendedor 2.0 asuma su responsabilidad como co-operador protagonista y activo con su Universo; no de ojalero[2] y espectador en el escenario de la vida.
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El enfoque de Coaching Integral, de manera sintética, abarcará los cuatro ejes en los cuales un Emprendedor 2.0 puede intervenir para crear, materializar, expandir su propia iniciativa empresarial:
● Intención. Clarificación de los objetivos, motivaciones, metas poderosas para el Emprendedor. Aquello que le recordará cada mañana el para qué (no el por qué), está haciendo lo que está haciendo. Debe ser esta intención absolutamente arrebatadora, llevar una emoción asociada innegociablemente apasionada, cargada de una energía mayúscula. Aquello que hace que el corazón o el estómago cosquillee; aquello que hace brillar los ojos.
● Conocimiento. Identificación de aquellas destrezas, competencias, habilidades, conocimientos, ideas, técnicas, herramientas, mecánicas, metodologías, disciplinas, etc. que la persona requiere para solidificar, tangibilizar su intención. Intención sin Conocimiento es como un deseo que se pide a una fuente arrojando una moneda. Muy emotivo pero, a falta de mayor evidencia en contra, poco efectivo.
● Co-Operación. Identificación de las redes de contacto, relaciones, amistades, colegas, socios, clientes, proveedores, amigos, familiares, compañeros, etc. con los que puede co-laborar el Emprendedor para obtener las metas establecidas en su Intención. De nuevo, hacemos una clara distinción con el paradigma del Capitalismo
1.0 por el que alguien trabaja para otro. El Emprendedor 2.0, sin embargo, colabora, co-opera con otros para generar un Éxito Compartido. Intención con Conocimiento sin Co-Operación implica la pérdida de oportunidades que solo desde
la inter-acción con otros pueden destaparse.
● Acción. Actu-acción, acción actual, presente, implica movimiento, moviliz-acción, tomar decisiones y actuarlas. La Acción sin Intención nos deja como Alicia ante el Gato: perdida. La Acción implica comenzar a caminar hacia la Intención, empleando el Conocimiento y apoyándonos, co-laborando, con nuestro equipo dentro del contexto específico y único en el que operará el Emprendedor.
Extraído del libro ‘Coaching para Emprender’, de Gregory Cajina.
En Twitter: @GregoryCajina
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